La Sociedad Protectora de Animales y Medio Ambiente de la Safor (Spama), gestionará a partir de este verano el servicio de recogida, atención y adopción de animales abandonados de Gandia después de que el ayuntamiento lo sacara a licitación. Por primera vez el consistorio aplicó la nueva normativa legal que permite restringir algunos contratos a determinadas empresas o entidades. Y, en este caso, limitó los aspirantes a protectoras de animales, excluyendo así cualquier empresa con ánimo de lucro.
Según señaló el concejal de Contratación, José Manuel Prieto, cerrado el plazo para la presentación de ofertas, se sabe que la única entidad que lo ha hecho es Spama. De manera que, si cuando los técnicos analicen la documentación acreditan que cumplen con las condiciones establecidas, tienen asegurada la adjudicación para los próximos dos años.
Desde mediados de esta legislatura el servicio de recogida y atención de animales abandonados ha estado en manos de la empresa el Corralet de Vinaròs, y eso ha sido motivo constante de polémica política y de protestas por parte de entidades animalistas, entre ellas la propia Spama.
Precisamente por el hecho de que pudieran concurrir empresas con ánimo de lucro, Spama no se presentó al concurso que se convocó hace cerca de dos años para este mismo servicio, y prefirió esperar a que solo pudiera competir con otras protectoras.
Como informó este periódico hace apenas quince días, Spama partía con ventaja para quedarse con este servicio. No solo dispone del personal e infraestructura necesaria, sino que es la única que cuenta en Gandia con un núcleo zoológico autorizado por la Generalitat de las dimensiones necesarias para atender debidamente la recogida y custodia de animales. La proximidad de ese núcleo zoológico a Gandia permitía aportar más puntos para los aspirantes a quedarse el servicio, por lo que Spama jugaba con ventaja.
El ayuntamiento, como ya ocurría en la contrata anterior adjudicada a la empresa el Corralet, excluye el sacrificio, aunque esta cuestión queda doblemente garantizada porque no figura entre las prácticas de las protectoras.
