Los nuevos tiempos requieren de cambios en todos los ámbitos y esa evolución ha llegado también a las ayudas sociales. Las entidades que tratan con personas que requieren atención son conscientes del estigma que puede generar la pobreza en aquellos que la sufren, lo que se suma a su ya de por si complicada situación. Por ello, Cáritas Gandia ha querido dar una vuelta de tuerca en esa labor y abre una nueva etapa que empieza con el cierre del Economato.

Durante 20 años, este recurso se ha nutrido de las donaciones solidarias de entidades, particulares y empresas, entre otros estamentos. Las personas acreditadas por la entidad podían adquirir alimentos básicos a precios mucho más baratos de los que se pueden encontrar en las tiendas. Más de 5.000 personas se han beneficiado de este recurso desde el año 1999 en Gandia. Especialmente destacado fue su papel en los años más destacados de la crisis.

Pero su cierre no significa que Cáritas deja sin esta ayuda a los más vulnerables. El cambio de paradigma ha llevado a la entidad a abrir una nueva etapa que permitirá dignificar a aquellas personas que hacen uso de este tipo de ayuda. A partir del 2020 implantará una tarjeta prepago, que irá recargada con una cantidad de dinero con la que las familias podrán comprar en cualquier establecimiento asociado. Estarán limitadas a la adquisición de alimentos básicos y funcionarán bajo control de la ONG, que velará por que no se utilice para otro cometido.

De ese modo, las personas que hace uso de los recursos de Cáritas podrán acudir a comprar a las tiendas como cualquier otra persona sin necesidad de quedar señalada como pobre, algo que, se entiende, sí que ocurría con el Economato.