La crisis del coronavirus ha sido el momento elegido por el Gobierno local de Gandia para adoptar una medida que hace años sobrevuela la política local. Desde el viernes que viene, con carácter permanente, el centro histórico va a quedar cortado al tráfico. Desde ahora, y todos los días, se prohíbe el acceso al paseo de les Germanies desde el Teatre Serrano y por la calle de les Carmelites, lo que también incluye la plaza Major y las calles semipeatonales que la rodean.

Habrá salvedades. Además de los residentes con cocheras y los vehículos de carga y descarga, taxis, emergencias y servicios básicos, podrán circular por esa zona quienes se dirijan a un párking público, especialmente el del Riu Serpis, situado justo en el punto donde arranca el paseo. En todos los casos, la velocidad se limita a 10 kilómetros por hora, casi al ritmo de un peatón.

Según señaló ayer a este periódico el concejal de Movilidad, Nacho Arnau, esta medida se adopta con carácter provisional «pero con aspiraciones de hacerla permanente» en el caso de que sea bien recibida. Arnau también recordó que, si bien se abre un mes de «periodo de transición», los comerciantes tendrán que limitar el periodo de carga y descarga hasta las 10 de la mañana, lo que permitirá acabar con las habituales imágenes de coches, furgonetas y camiones llenando las calles del centro, a veces colapsándolas, casi a cualquier hora del día.

La crisis del coronavirus ha impulsado este cambio, que según el ayuntamiento se adopta «con el objetivo de facilitar el distanciamiento social» que eviten contagios y para ensanchar los espacios de las terrazas de bares y restaurantes, según señalaron Arnau y el vicealcalde de Gandia, Josep Alandete, tras recorrer, en la mañana de ayer, el tramo del paseo que se va a cortar. En esa inspección estuvieron también los presidentes de los comerciantes y hosteleros del Centro Histórico, Pedro Izquierdo y Pere Montalbán, respectivamente, que aplaudieron esta medida.

«Gandia sigue apostando por un modelo ciudad amable, tranquila, segura y responsable medioambientalmente que tiene como objetivo la salud de las personas como centro de sus actuaciones urbanísticas. Con esta medida pacificamos el tráfico en el centro histórico y el núcleo antiguo del Raval», señaló Alandete, quien añadió que «estamos ante una nueva Gandia que veremos con otros ojos y donde los itinerarios a pie serán imprescindibles».

Hace dos semanas el ayuntamiento, con el argumento del coronavirus, decidió cortar al tráfico el paseo Marítim Neptú, una medida que durará todo el verano y que después se estudiará si se mantiene el resto del año.

Una ciudad obligada a reducir humos en tres años

«No es un capricho, es una necesidad a la que nos tenemos que ir adaptando». Así se manifestó ayer Nacho Arnau, concejal de Movilidad, al referirse al paso que el Gobierno local acaba de anunciar.

Arnau recordó que la nueva Ley del Cambio Climático, que el Gobierno español pretende aprobar en breve, obliga a todas las ciudades de más de 50.000 habitantes a tomar medidas, como mucho en el año 2023, para reducir la contaminación.

En esa línea, el Centro Histórico de la ciudad sin duda será una de las zonas afectadas. No solo porque la mayoría de las calles ya son peatonales o con tráfico restringido, sino porque también allí se encuentran numerosos locales y servicios que generan mucha movilidad y, consiguientemente, tráfico y contaminación. s. s. gandia