Al mismo tiempo que en tantos lugares la inversión privada en edificios y en negocios está paralizada, el Ayuntamiento de Gandia recibe peticiones para que las empresas arriesguen su capital con distintos proyectos que, si llegan a ejecutarse, suponen decenas de millones de euros.
Al margen de los 30 millones de euros que el Grupo Senator ya está invirtiendo en el hotel Caleia Spa de la playa, ahora existe interés por construir otro hotel en la urbanización de la Colonia Ducal. Aunque se haya generado una polémica con los vecinos, el proyecto sería viable si el consistorio modifica las condiciones de edificabilidad en esa zona, lo que supondría la llegada de una importante cantidad de dinero y, no menos importante, la apertura de un establecimiento de lujo en plena primera línea. Si esa actuación finalmente no se presenta, o el ayuntamiento se niega a permitirla, el promotor, que hace un año adquirió toda la zona comercial de la Colonia Ducal, plantea abrir establecimientos de ocio y de restauración.
Además, según ha podido saber este periódico, existe la posibilidad, por el interés de otro promotor, de que se construya otro hotel en una zona cercana a la confluencia de la avenida de la Pau con el paseo Marítim de Neptú, si bien todavía no se ha materializado.
Al norte de la playa, ya está presentado el proyecto para el derribo del chalé de Martinavarro, cuya parcela linda con la zona urbanizable. En su lugar se levantarán dos edificios de apartamentos, otra inversión que no es habitual en estos tiempos en otras playas.
Y, finalmente, también por iniciativa privada, está en marcha la construcción del nuevo Club Náutico, que incluye la remodelación integral del espacio público portuario y la mejora de la dársena reservada a embarcaciones deportivas.
En realidad, esta actuación ya debería estar acabada, pero ha sido víctima de muchos retrasos y ahora ha quedado sometida a un litigio judicial que afecta a los dos pretendientes para llevarla a cabo: el Real Club Náutico de Gandia y la empresa Alcara Infraestructuras.
Sea quien sea el adjudicatario final, el proyecto que aprobó la Autoridad Portuaria de València, titular de ese espacio, incluye no solo un edificio social para el club y quienes dispongan de amarres en el puerto deportivo, sino también otro bloque para que se abran locales comerciales y hosteleros de todo tipo. Todo con una inversión mínima de 4 millones de euros, aunque hay quien estima por su envergadura deberán ser más, y un diseño urbano de total permeabilidad con el paseo marítimo y el espacio circundante.
