Coincidiendo con la Semana Europea de la Movilidad, la Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad otorgaba el pasado jueves a Gandia el segundo premio al proyecto «La Morada» de restricción al tráfico que hemos creado este verano en la fachada marítima, el mejor escaparate que siempre hemos tenido para nuestro turismo. Así, se reconoce en toda la Comunitat Valenciana una iniciativa innovadora, valiente y decidida, convirtiendo a Gandia en todo un ejemplo en movilidad sostenible. «La Morada» nació en los últimos coletazos del estado de alarma, en un momento muy apropiado y, a la vez, complicado. Fuimos conscientes que el primer paso era poner en marcha una primera fase visual para aportar mucha información, advirtiendo a los conductores de los cambios en la circulación. Luego pasamos a una segunda etapa en la que «vestimos» a nuestro paseo marítimo de morado, el color por excelencia de las y los gandienses. Se renovó la señalización y se pusieron jardineras; se pintó una línea de color morado en la calzada; se instalaron banderolas€ Ubicamos un abanico de elementos atractivos e imaginativos, de manera intuitiva y sencilla para que las personas supieran que se introducían por primera vez en un espacio novedoso, pero a la vez diferente y muy sugerente para el peatón. Una vez transcurridas estas dos fases, la primera línea de la playa de Gandia se convirtió definitivamente en «La Morada», en el hogar de todas y todos. Y unos pocos meses después, tanto vecinos como visitantes ya la han asumido como algo propio y, cuando se sumergen en ella, se sienten como en casa. Por ello, este premio también es un éxito colectivo de toda Gandia. Antes de la implantación del proyecto mantuvimos contacto con las partes implicadas y los representantes del sector turístico para trabajar la propuesta final. De este modo, se trata de una medida consensuada que surge fruto del diálogo y en la que hemos ido de la mano de los hosteleros, hoteleros, comerciantes, etcétera. No olvidemos que los ayuntamientos somos la clave de esa movilidad cercana y cotidiana; más amable y humana que queremos para nuestras calles y plazas. En este sentido, Gandia sigue apostando por una movilidad sostenible y volvemos a ser una ciudad pionera, como ya lo fue a finales del siglo XX convirtiendo las calles del centro histórico en peatonales. El galardón que nos ha concedido la Generalitat también significa que logramos dos retos. Por un lado, facilitando el distanciamiento social en época de pandemia y dinamizando, al mismo tiempo, nuestra hostelería (con una mayor ocupación de mesas y sillas más desahogadas en pleno paseo marítimo, que ha servido también para generar más oportunidades). Y, por otro, vamos ganando espacios libres de contaminación medioambiental y de ruido. «La Morada» va en la línea de otras muchas ciudades europeas para pacificar el tráfico y reducir la contaminación. Tenemos que pensar en el día de mañana y en esa Ley del Cambio Climático que obliga a las ciudades de más de 50.000 residentes, como Gandia, a emprender proyectos similares para ganar espacios para la ciudadanía al tiempo que se fomentan nuevas formas de transporte menos contaminantes. No olvidemos que una fachada marítima sin coches y sin motos es mucho más humana y con más calidad de vida. Con este reconocimiento queda avalada la necesidad de «La Morada», una medida que beneficia al conjunto de la ciudadanía. Quisimos intentarlo (con sus riegos, como todo en la vida), cuando se inició esta temporada turística tan atípica. Ese era el momento clave. Y, transcurrido un tiempo suficiente, pensamos que el esfuerzo ha merecido la pena, siendo una medida positiva y enriquecedora para la playa. Desde el primer día la gente ha tomado la calle y disfruta de una calzada antes repleta de ruido y humo que hemos convertido en una acera más para pasear manteniendo las distancias, para practicar deporte sin tropezarnos unos con otros, para tomarse tranquilamente un helado€ Quien nunca se arriesga, siempre piensa en lo que puede perder pero no en lo que puede ganar. Y nosotros ahora contamos con tres kilómetros de fachada marítima ganados para la ciudadanía. Al final, el que no arriesga, no gana. Y, con «La Morada», gana Gandia.