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Las tortugas que monitorea el Campus no paran quietas

La sede de Gandia de la UPV colabora en el estudio de esta especie para mejorar los recursos para su protección

Las tortugas que monitorea el Campus no paran quietas

El Campus de Gandia de la Universitat Politècnica de València es una de las entidades que colabora en el seguimiento vía satélite de crías y hembras de tortugas bobas para conocer sus movimientos. Ese estudio permite favorecer su éxito reproductivo en las costas del Mediterráneo.

En concreto, el Campus se ha incorporado a esta investigación con la aplicación de nuevas tecnologías para mejorar el conocimiento de estas especies y las amenazas que les afectan.

El trabajo, dirigido por el profesor e investigador Eduardo Belda, consiste en el marcaje y seguimiento vía satélite de las tortugas con el fin de establecer estrategias para su protección.

Gracias a esta observación, ya se ha podido comprobar su recorrido por todo sur de la península y el norte de África.

La conservación de la tortuga boba y otras especies marinas en las aguas del Mediterráneo depende del conocimiento y adecuada gestión de los ecosistemas marinos, según apuntan desde la Universitat Politècnica en un comunicado.

A través del marcado con transmisores satélitales es posible efectuar el seguimiento de los largos desplazamientos y migraciones que realizan estos ejemplares, permitiendo estudiar su comportamiento y uso del hábitat, así como conocer la supervivencia de ejemplares criados en cautividad y ejemplares rehabilitados.

Actualmente, en el marco del proyecto europeo ‘Life Intemares’, el campus de Gandia colabora en el seguimiento de crías nacidas en nuestras costas y en el seguimiento de hembras nidificantes. Es el caso de las tortugas ‘Mascletà’ y ‘Victoria’, dos ejemplares marcados con transmisores satelitales tras desovar durante este verano en las playas de Tarragona y Cullera, respectivamente. El marcaje y seguimiento de estas tortugas ha permitido detectar nuevos intentos de nidificación, facilitando la activación de los protocolos para su protección y la de los huevos. «A través de los emisores satelitales podemos conocer su comportamiento, lo que facilita la detección de sus nidos en caso de que vuelvan a desovar y, por tanto, permite agilizar las actuaciones para garantizar su protección», explica el profesor Belda.

Las hembras de tortuga regresan a la playa donde nacieron para realizar sus puestas. Sin embargo, desde principios de los 2000, se han empezado a registrar puestas de tortuga boba en las costas del Mediterráneo occidental. Este fenómeno se asocia con el aumento de las temperaturas de la superficie del mar en primavera y verano, según señalan desde la UPV.

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