Dar una segunda vida a zapatillas usadas de correr, de las que los atletas se desprenden muchas veces por pura moda o porque han perdido su capacidad de amortiguación, con el fin de que las puedan utilizar, en este caso para caminar, las personas con menos recursos de la sociedad. Esa es la filosofía que inspira el proyecto «Sabatilles Solidàries», y que impulsa desde hace varios años Cáritas Interparroquial de Gandia.

Ahora, tras una pandemia que ha provocado una mayor demanda de recursos asistenciales, y ante la cancelación de las carreras populares, la entidad vinculada a la Iglesia católica vuelve a hacer un llamamiento para que los «runners» no se olviden de este programa solidario, que cumple su misión con eficacia y no tiene fecha de caducidad.

El artífice de esta iniciativa es un voluntario de Cáritas, Vicent Just, muy conocido en el mundillo de las carreras populares ya que, además de correr, y antes de aquél mes de marzo que lo cambió todo, solía hacer cada fin de semana multitud de fotografías a los corredores, que luego compartía generosamente en su perfil de Facebook.

La idea, no obstante, no nació en la Safor, sino en Barcelona, desarrollada por un grupo de maratonianos catalanes. Just lo vio en las noticias, contactó con ellos, y con su permiso decidió «copiarlo» para la comarca. Para ello contó con la complicidad de una veterana tienda de artículos de Gandia, Tecnoesport, y los principales clubes de atletismo de la ciudad: el CA Safor Teika y el Club de Córrer El Garbí. Además, inicialmente se intentó llevar esta colecta al Circuit de Curses Populars de la Safor-Valldigna, recogiendo zapatillas en cada carrera que se organizaba, el sábado o el domingo, pero la experiencia no dio buen resultado. Just cree que, al ser un circuito donde la mayoría de corredores ya tiene su dorsal, van directos a competir y no les viene bien llevar un bulto extra, aunque quizá la acogida mejoraría en el futuro con una campaña de comunicación más ambiciosa.

Actualmente hay tres puntos donde los corredores pueden entregar las zapatillas, lógicamente en buen estado: en la tienda Tecnoesport de Gandia (calle Nou d’Octubre, número 8), en la pista de atletismo de Gandia, y la sede del Club d’Atletisme Safor Teika (avenida del Grau, 40), en su horario de atención al público.

Just agradece el gran papel que hacen los clubes de atletismo, ya que, cuando él les avisa de que quedan pocas zapatillas, animan a sus socios a contribuir a través de circulares o redes sociales. El presidente de Cáritas de Gandia, Francisco Carrió, explica que la entidad ya tiene un circuito consolidado para la donación de ropa y calzado, con los contenedores de la cooperativa Koopera, pero destaca el carácter singular y local de esta campaña, que apela directamente a los deportistas.

«Las prefieren para caminar por su comodidad»

Es el propio Vicent Just quien periódicamente se encarga de pasar por los puntos de recogida de las zapatillas. Después, se lavan y se almacenan en el ropero que tiene Cáritas en el Centro Hogar María Teresa Marqués, en el centro histórico de Gandia, donde se dejan ya a disposición de las personas más necesitadas. Desde la entidad humanitaria reconocen que es un tipo de calzado muy apreciado sobre todo por las personas sin hogar, por su comodidad y porque caminan mucho al pasar la mayor parte del día en la calle. Además, la mayoría son buenas, de primeras marcas. El gerente de Tecnoesport, Juan Escrivà, explica que lo normal es que un corredor gaste al año un par de zapatillas, aunque pueden ser dos, depende de si compiten. «A los 800 kilómetros muchas zapatillas ya pierden su amortiguación, y el corredor experimentado nota esa vibración, por lo que es recomendable renovarlas», apunta. Pero siguen siendo perfectas para caminar. 

El presidente de Cáritas recuerda que ni aceptan ni entregan zapatillas que estén en mal estado, «porque ante todo está la dignidad de la persona».