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Oliva pide duplicar los pasos de peatones en la carretera tras reducir el tráfico a la mitad

La idea es humanizar y permeabilizar una vía que sigue cortando la ciudad y que muchas personas cruzan indebidamente

Tráfico en la travesía de la N-332 en Oliva, en una imagen de archivo. | XIMO FERRI

El Ayuntamiento de Oliva ha planteado a la demarcación de Carreteras de València, del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, un proyecto que permitiría avanzar en la línea de «humanizar» la travesía de la N-332, esa serpiente de asfalto que sigue dividiendo en dos el casco urbano.

El plan remitido por el alcalde, David González, consiste en habilitar ocho pasos de peatones señalizados, todos ellos accesibles a personas con movilidad reducida, que vendrían a sumarse a los once existentes en la actualidad que están regulados por semáforos. En este caso, los nuevos pasos no tendrían semáforos, sino únicamente la indicación de preferencia a las personas.

Según el plano que el ayuntamiento ha remitido a Carreteras, que tiene que autorizar la operación porque la titularidad de la N-332 sigue en manos del Ministerio de Transportes, los pasos de viandantes se intercalarían entre los existentes a lo largo de todo el recorrido, de manera que permitiría potenciar la permeabilidad y reducir el «efecto barrera» actual.

Porque, como señala el propio alcalde, la gran distancia existente entre cada semáforo hace que actualmente muchos vecinos crucen de un lado a otro por lugares que no están ni señalizados ni habilitados para ello. Y eso, salvo que no haya tráfico, siempre supone un riesgo.

La petición de David González viene avalada por un argumento de peso. La travesía de la N-332 a su paso por Oliva ha visto reducido considerablemente el volumen de tráfico desde que el 1 de enero de 2020 la autopista AP-7 quedara libre de peaje y que una parte de los vehículos opten, como era previsible, por esa alternativa. Según algunas fuentes, esa reducción en el tráfico ronda el 50%, y es especialmente significativa en el caso de los camiones de gran tonelaje, lo que ha rebajado los problemas de ruido, contaminación y riesgo para los peatones.

La cesión, para el futuro

Por eso, los pasos para cruzar que ahora se instalarán, dado que no se prevé una negativa por parte del ministerio, son un primer asalto de el proyecto de mucha mayor envergadura y a varios años vista que Oliva acometerá para convertir la travesía en un espacio urbano amable, más o menos similar a un bulevar. Eso solo se podrá hacer a partir de comienzos de 2023, cuando, si no surgen imprevistos, entre en funcionamiento el llamado Enlace Sur, actualmente en ejecución, que conectará la N-332, la carretera de Pego y la AP-7. En ese momento el Ministerio de Transportes cederá al ayuntamiento la titularidad de la travesía olivense, de manera que el consistorio podrá acometer las actuaciones urbanísticas que estime oportunas sin pedir permiso a nadie.

Desde hace años el ayuntamiento ha recibido solicitudes realizadas desde diversas plataformas y foros de participación local, entre ellas Carretera No, Circumval·lació Ja!, Oliva 30 y Agenda 21, con el fin de adoptar medidas «de pacificación» del tráfico rodado y de protección a los peatones.

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