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Ausiàs Parejo Calabuig

"Me gustaría vivir de hacer conciertos o clases magistrales pero en España lo veo difícil"

Con sólo 15 años el joven intérprete ha grabado un disco, ha ganado 29 certámenes y ha ofrecido recitales en cinco países

Ausiàs Parejo en un concierto. El joven está presente en redes con Instagram y Youtube. | GEMMA CALABUIG

Empezó con un ukalele y a los cuatro años ya tenía una guitarra en sus manos. Su padre, Rubén, guitarrista, le transmitió la pasión por el instrumento español por antonomasia. De hecho, padre e hijo han actuado juntos en numerosas ocasiones, aunque últimamente Ausiàs ya hace varios recitales como solista. Con sólo 15 años ha obtenido 29 primeros premios en certámenes nacionales e internacionales y ha tocado en varios países: Italia, Croacia, Portugal, Francia y Chequia. Reside en València aunque sus raíces están en Castelló de Rugat.

En unos días empezará 1º de Bachillerato en el IES Francesc Ferrer i Guàrdia de la capital. El lunes pasado abrió con un concierto junto a Abel García el VI Concurso de Guitarra de Gandia, en la Casa de la Cultura. La entrevista tuvo lugar el miércoles pasado, momentos antes de la clausura de este certamen.

¿Cómo llega un joven con su edad a especializarse en este instrumento?

Bueno, mi padre es guitarrista y siempre he tenido una conexión muy directa con la música. Además, tengo tíos por parte de padre que son músicos. Desde pequeño me llevaron a escuchar conciertos y festivales de guitarra. A los 5 años ya me puse a tocar delante del público. Y desde hace tres años sí que vengo dando varios recitales.

¿Cuánto tiempo dedica al día a ensayar?

Suelo tocar unas dos horas al día. En verano, o cuando participo en algún concurso, algo más, tres horas y media. Pero en general es más importante ser constante, tocar una hora al día, por ejemplo, que ponerse a hacerlo toda la tarde de un domingo. Los estudios los llevo bien, lo puedo compaginar.

¿Cuáles son sus referentes musicales?

Suelo escuchar música orquestal, porque antes que guitarrista me considero músico, y en este sentido me gustan Beethoven y el compositor ruso Shostakovich.

¿Ha compuesto algún tema?

He escrito algo, pero qué va, todavía no me considero compositor.

¿Para ser un buen guitarrista se debe tener un talante innato o se puede aprender?

Creo que el entorno familiar en el que naces es importante. Y tener sensibilidad por el arte. Pero es un potencial que se tiene que explotar, estudiar mucho, y aprovechar el tiempo, como comentaba antes.

¿Qué guitarra utiliza? ¿Tiene alguna predilección?

Tengo una guitarra española del «luthier» Daniel Bernaert. Yo uso la tradicional, de la escuela «granaína». Sacrifica el sonido por una calidad excepcional, y ofrece una mayor facilidad interpretativa. El sonido es muy cálido y se adapta a lo que quiere el guitarrista. Tiene brillo, no confunde las notas, pero eso, por otra parte, tiene el riesgo de que cualquier fallo se note mucho más.

¿Le gustaría seguir con la formación musical? ¿Dónde se ve dentro de 10 años?

Pues me gustaría vivir de hacer conciertos y de impartir clases magistrales, sin tener que ligarme a un conservatorio o a una academia, pero eso en España lo veo muy difícil. Por eso, sí, es necesario tener una formación musical, un título.

En 2018 grabó su primer cedé, «Con tanta tenerezza», acompañado de su padre y con la colaboración de figuras del jazz como Ximo Tébar y Víctor Mendoza.

Sí. Lo grabé con 12 años y lo estrenamos en el Palau de la Música de València. La idea de tener un cedé surgió de mi padre. Él daba unas clases de guitarra en el Conservatorio de València, unos alumnos asiáticos me escucharon tocar, y le pidieron un disco, pero no teníamos. A raíz de eso lanzamos este trabajo.

¿Hay alguna diferencia de estilo entre los guitarristas valencianos respecto de los de otros territorios?

Más que esa distinción, creo que hay una manera mediterránea de tocar, con más gusto por una interpretación viva e intensa, a diferencia de los guitarristas centroeuropeos, que se preocupan más porque las notas suenen más pulidas. Creo que los guitarristas mediterráneos nos arriesgamos más, cosa que el público agradece, pero hay más peligro de equivocarse en alguna nota.

¿Qué piensa de la música electrónica, compuesta por ordenador, donde no se necesita tener físicamente una guitarra o cualquier otro instrumento para incluir su sonido?

La verdad, no tengo nada a favor que decir. Eso lo veo más como efectos de sonido que como una verdadera composición. Se carga el trabajo creativo del compositor.

Por último, aconséjeme tres piezas que le gusten, o que considere imprescindibles en la historia de la guitarra…

Bueno, el Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo, debe estar, por supuesto, porque dio a conocer la guitarra española en todo el mundo. Personalmente, añadiría Capriccio Diabolico, de Mario Castelnuovo-Tedesco, y la Fantasia-Sonata, de Joan Manen.

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