Desde el jueves pasado, incluso ya el miércoles por la tarde, al paisaje cotidiano del centro histórico de Gandia, entre empleados de banca, camareros que sirven almuerzos y cafés, dependientas del comercio o jubilados tomando el fresco, se han venido sumado jóvenes con «look» playero, camisetas estampadas, riñonera y bañador, que van y vienen por el paseo de les Germanies y hacia el otro lado del río Serpis.

Son los asistentes al Pirata Beach Fest, el festival de música que, pese a su nombre, se está celebrando en el casco urbano, con una zona de conciertos en el polígono de Benieto y otra de acampada en el parque Ausiàs March.

El festival, que acaba hoy, ya lleva cuatro ediciones en Gandia, con la salvedad de 2020 y 2021, en los que no se celebró por la pandemia. Pero ha regresado a lo grande con miles de asistentes, más de 54.000, según la organización, cifra que supera la edición de 2019. El viernes se batió el récord de entradas de día.

Un 44% de ellos procede de la Comunitat Valenciana, pero también han llegado de otras 16 comunidades autónomas, además de Ceuta y Melilla; entre ellas la de Madrid (11%), Cataluña (6,9%), Castilla La Mancha (6,6%), Aragón (4,23%) o Andalucía (3,8%), todo un éxito de comercialización y para la imagen turística del destino. En apenas cuatro ediciones se ha situado entre los diez festivales más importantes del país.

La promotora, Black Lotus Eventos, ha invertido 1,3 millones de euros en el festival de este año. El Pirata ha contado con cinco escenarios; cuatro en el recinto del festival y uno más de acceso gratuito en el recinto ferial.

En total han tocado 57 bandas y artistas nacionales, además de diez DJ en el Escenario Zulu Klub. Se ha programado un 25% de artistas valencianos, entre ellos La Fúmiga o Ciudad Jara, y las mujeres han vuelto a tener una amplia representación en el cartel.

La organización ha dispuesto autobuses lanzadera entre el festival y la playa. Hay dos líneas, la de mayor frecuencia conecta con la playa de Venècia, donde el festival tiene un acuerdo con el chiringuito. Otro bus los recoge en el cruce entre la calle Alcoi y el paseo Rosa dels Vents. El festival ha supuesto un estímulo para la economía local. Hoy es día de despedidas y de autobuses que partirán hacia las diferentes provincias de origen de los visitantes.