Las personas tienen que poder escoger dónde van a envejecer. Por eso, cada vez más las residencias apuestan por ofrecer servicios que garanticen que los residentes puedan vivir una vida prolongada y sana.

En los últimos 30 años, el trabajo que se realiza en las residencias para personas mayores ha evolucionado y se ha encaminado hacia una atención centrada en la persona. Este cambio ha permitido que los usuarios ganen calidad de vida y actividad física desde una perspectiva psicosocial. De este modo, se ha logrado que esta etapa vital sea también un periodo de crecimiento y desarrollo personal.

En este sentido, el Grupo de Residencias Ballesol se ha consolidado como un ejemplo de buenas prácticas, gracias a diferentes factores como la importancia de reconocer la contribución de las personas mayores a la sociedad, el hecho de convertir una residencia en un entorno físico, social y  amigable con la edad y determinante para ser protagonista de un envejecimiento saludable

Estos aspectos se han visto reflejados en las últimas encuestas de satisfacción a residentes y familiares de las residencias de Playa de Patacona, Serrería, Valterna, Gobernador Viejo y Burjassot. Un informe elaborado por una empresa externa sobre una muestra de más de 150 encuestados destaca el indicador de satisfacción global con un 8,5 sobre 10, en el que se incluye el grado de recomendación, la calidad en el trato que reciben las personas mayores, la protección de los derechos del residente o el avance significativo en su calidad de vida.

El colectivo más importante

Ballesol Valencia considera a las personas mayores el colectivo más importante en un contexto en el que el envejecimiento poblacional es un hecho y la ética debe estar más presente. Por eso, en este último año sus cinco centros han incrementado los valores y derechos que reconocen y garantizan mejor la relación y trato de todos: profesionales, residentes y familiares. Prácticas que están incluidas en un código ético que Playa de Patacona, Serrería, Valterna, Gobernador Viejo y Burjassot desarrollan desde hace años. 

En él se incluyen estrategias y actuaciones preventivas de aquellas prácticas que puedan suponer un malestar para el residente y su familia. «Debemos de comprender la ancianidad como un proceso en el que se sigue creciendo y acumulando vida, en el que evitar conductas que puedan derivar en un daño físico o moral, apostando por el respeto de los derechos y dignidad de la persona, y luchando contra el edadismo», recuerda Vicente Cuesta, director de Operaciones de la zona Mediterránea de Ballesol.

Residentes de uno de los centros de Ballesol. ED

Evitar la soledad

La soledad y al aislamiento social se han convertido en una realidad social y la propia OMS la reconoce como un problema mundial; incluso algunos expertos la tildan de maltrato. Cada vez son más las percepciones de vacío, rechazo y exclusión de las personas mayores que viven situaciones de aislamiento en domicilios y sin ningún tipo de relación con el entorno social. 

Estos sentimientos se van incrementando, pero residencias como Playa de Patacona, Serrería, Valterna, Gobernador Viejo y Burjassot dan una respuesta apropiada con programas y proyectos desarrollados por profesionales multidisciplinares para «fomentar un envejecimiento activo y en compañía, y ayudar a evitar la soledad no deseada». 

Sus entornos participativos y espacios contribuyen al progreso de las personas y sus proyectos de vida -reconocen los expertos- han mejorado los índices de convivencia, relaciones sociales, satisfacción y confianza.