La tristeza, el dolor y la solemnidad de los últimos días, se convirtió ayer en alegría, color y diversión en El Cabanyal, en el único desfile de estas características de toda España que festeja la resurrección de Jesús. A paso ordinario, los visitantes se contagiaron del ambiente festivo que desprendió esta peculiar procesión, donde es tradicional que los participantes lancen flores a los asistentes.

El acto contó con la participación de más de 4.000 personas, divididas en 31 hermandades, cofradías y corporaciones de la Semana Santa Marinera. Y a paso firme desfilaron los personajes bíblicos y cofrades que lucieron una indumentaria colorida donde predominó el blanco, a diferencia de los días previos donde el negro y los tonos oscuros lo copan todo. La ausencia de imágenes y pasos, protagonistas en procesiones celebradas días anteriores, marcan también este desfile.

Los cofrades dejaron de cubrirse el rostro para festejar la vida de Jesucristo. En esta ocasión, desfilaron con el capirote en la mano. «Nos gusta venir a este desfile, tiene un ambiente diferente al de otras procesiones», aseguraba Beatriz Ombuena, una de las asistentes. El viento hizo acto de presencia en algún momento, hasta el punto de que los músicos tuvieron que hacer alguna peripecia para no perder el compás. Ayer, el acompañamiento musical dio un giro de 360º dando paso a canciones como «Paquito el xocolatero» o el tradicional «Fallero».

Familias enteras recorrieron todas las calles del itinerario en poco más de dos horas hasta llegar al palco de autoridades situado en la calle de la Reina, donde se pudo ver al arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, o la fallera mayor infantil de Valencia 2013, Carla González Hortelano.

El acto del caracol

Más tarde, la Hermandad del Santo Sepulcro realizó el tradicional «acto del caracol». Formando una especia de caracol que van haciendo y deshaciendo. Acto que pone punto y final a la Semana Santa Marinera 2014.