Voro Contreras, Valencia

Casi siempre, el destino final de un toro de lidia es morir en la plaza a manos de un torero bajo los aplausos o los pitos del respetable. Hay toros que no cumplen, que mansean y que echan al traste la faena de un diestro. Otros sí que embisten seguido y con bravura cuando se les cita, empujando en los puyazos y mueren en los medios. Y después están los toros extraordinarios, los que el clamor unánime de un público satisfecho le concede la gracia de salvar su vida.

«Harinero», de la ganadería gaditana de Fuente Ymbro, se convirtió el pasado día 18 en uno de estos toros. Hacía 13 años que la plaza de Valencia no concedía el indulto a un astado y todos han coincidido en que lo hizo de manera merecida. «Gracias a Harinero las 14.000 personas que estábamos viendo la corrida nos sentimos toreros», declaraba orgulloso ayer su ganadero Ricardo Gallardo. «Yo ya dije que el 5º y el 6º iban a hacer algo muy bueno. «Harinero» demostró que tenía más fondo, y por eso lo han indultado».

Después de que el diestro Miguel Ángel Perera simulase la suerte de matar a la res que tan buen juego le dio, «Harinero», convertido ya en un «auténtico rey», como lo ha definido Gallardo, fue llevado a los corrales del coso para recibir en un cajón de curas y sin ninguna sedación las primeras atenciones por parte de los veterinarios de la plaza. Y de allí, esa misma noche, un camión lo trasladaba a la Finca Los Romerales,en Cádiz, donde continuará su cura y se pasará el resto de su vida, unos 10 años más, manteniendo su estirpe a fuerza de cubrir vacas. Es decir, «Harinero» será un semental. Según señaló el veterinario Javier Valldecabres, lo bueno que tiene «Harinero» es que ya ha demostrado en la plaza su calidad en todas las suertes de la corrida, su ganadero ha visto como ha ido creciendo y sabe lo que podrá transmitir a su descendencia, que es lo realmente importante. Ahora, una vez se recupere de sus heridas, estará entre un año y dos cubriendo a las vacas. «Lo irán probando, irá teniendo novillitos y tendrá que demostrar que hay una mejora genética», explica Valldecabres. Si es así «Harinero» habrá burlado a la muerte para convertirse en el «rey» de la ganadería con un valor incalculable. Un destino de ganador.