El escritor y periodista Abel Hernández recoge en su último libro, Despídete de tu madre y serás rey de España, aspectos poco conocidos de la infancia de don Juan Carlos, etapa en la que, según el autor, los deberes institucionales y una estricta educación robaron la niñez al futuro jefe del Estado.

Las hermanas del Rey, doña Pilar y doña Margarita, han aportado sus recuerdos para esta obra, que repasa en unas 200 páginas la vida cotidiana y los acontecimientos que marcaron los años menos conocidos de don Juan Carlos, desde su nacimiento prematuro en Roma, en plena guerra civil, hasta el trágico accidente de 1956 en Villa Giralda, en el que murió su hermano Alfonso.

Como resultado del conjunto de datos y testimonios recabados para este libro editado por Espasa -entre ellos los de personas de la aristocracia y círculos monárquicos que han preferido mantener el anonimato-, Hernández sostiene que don Juan Carlos perdió su infancia por la enorme carga de responsabilidad que se le exigió y la dureza con que se le quiso educar.

La mayoría de las fuentes consultadas por Hernández achacan la mirada triste del rey a esos años de estricta educación y el autor considera que la muerte de su hermano puso fin a su infancia y truncó la felicidad familiar.

"Pero quizá el momento en que claramente dijo adiós a su niñez fue cuando, con diez años, una noche de noviembre, salió de Lisboa rumbo a España, país desconocido para él, en el Lusitania Express", reflexiona el autor.

Aquella mañana de 1948 fue recibido en esa estación, al sur de Madrid, por una comitiva de monárquicos conservadores, que le condujo hasta el cercano Cerro de los Ángeles para que renovara la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús que había hecho su abuelo, Alfonso XIII.

El autor refleja el ambiente del primer encuentro con Franco y como este quedó contrariado cuando el niño se refirió a su padre como "el rey". La posterior visita en 1954 estuvo marcada por el "pulso" del caudillo con don Juan sobre el futuro de su hijo.