El Museo Van Gogh de Amsterdam anunció ayer, tras dos años de investigación, el descubrimiento de un cuadro hasta ahora desconocido del autor de Los girasoles, que data de 1888 y representa un paisaje con árboles y arbustos.

El título del lienzo, descubierto en una colección privada, es Puesta de sol en Montmajour. Se enmarca en la época en la que Vincent Van Gogh (1853-1890) pintó sus conocidos cuadros florales y fue vendido en 1901. La pintura estuvo almacenada en un ático y mantenida oculta al público durante un siglo porque era considerada una falsificación.

El director de la pinacoteca, Axel Rüger, señaló que «un descubrimiento de esta magnitud no ha ocurrido nunca en la historia de este museo. Es una rareza que se pueda añadir una nueva pintura a la obra de Van Gogh».

La pintura será exhibida el próximo día 24 en el museo neerlandés, dijo la institución. La época que Van Gogh pasó en la localidad francesa de Arles, que es en la que se enmarca el nuevo descubrimiento, es para muchos expertos «la de culminación de sus logros artísticos». Durante su estancia en Arles, Van Gogh creó cuadros como Los girasoles, La casa amarilla o La habitación de Arles, que hoy por hoy son puntos de referencia de su obra.

La atribución del cuadro a Van Gogh es el resultado de dos años de investigación en los que los expertos de la pinacoteca Louis van Tilborgh y Teio Meedendorp analizaron el estilo, la técnica y el tipo de soporte de la obra. «Todo indicaba que se trata de un cuadro de Van Gogh, estilística y técnicamente, además de haber muchos paralelismos con otros cuadros suyos del verano de 1888», según los expertos.

La investigación ha confirmado que los pigmentos utilizados en la pintura corresponden a los que usaba Van Gogh en Arles, incluyendo la decoloración típica.

Los expertos constataron además que el mismo tipo de lienzo fue utilizado «al menos» en otro de sus cuadros: Las rocas, que se encuentra en el Museo de Artes de Houston, y tiene una «alta semejanza en términos de estilo» con la obra ayer presentada.

Dos cartas de Van Gogh a su hermano Theo datadas de 1888 hacen también una «referencia literal» al cuadro y en ellas el artista se muestra descontento con el resultado. «Van Gogh tenía grandes ambiciones con esta pintura, con la que quería mostrarse como un poeta entre los pintores de paisajes, pero se decepcionó porque sentía que no había conseguido resolver convincentemente algunos problemas», explicó la pinacoteca.