Santa Claus tiene una semana para pagar a sus acreedores. La compañía Dianordia, que ofrece a niños de todo el mundo la oportunidad de encontrarse con Santa Claus, afronta una posible bancarrota a cuatro meses escasos de que llegue la Navidad.

Los problemas empezaron cuando los turistas dejaron de ir a ver a Santa Claus, según explica el consejero delegado de Dianordia, Jarmo Kariniemi. «La marcha de la economía global afecta mucho a nuestro negocio», afirmaba, «la mayor parte de las deudas de la compañía son con Hacienda. No hemos entrado aún en bancarrota y confiamos en encontrar una solución», añadió.

Ante las noticias de una potencial bancarrota, el equipo de Santa Claus ha redoblado los esfuerzos y el entusiasmo para levantar el negocio. «Pese a lo complicado de la situación, solo queda seguir sonriendo y trabajando por un futuro mejor. Tenemos una semana para darle la vuelta a esto», argumentaron.

Los apuros de la empresa son el último ejemplo de cómo muchas empresas finlandesas luchan por su supervivencia ante el declive de un país que sufre en carne propia los vientos de austeridad que recorren la Eurozona. La agencia de calificación Moody's prevé que Finlandia afronte su cuarto año de contracción económica. Otra de las grandes agencias, Standard & Poor's, ya bajó un grado la calificación crediticia de Finlandia en octubre.

El primer ministro, Juha Sipila, afirma que la única forma de que Finlandia se recupere es bajando los costes de producción, pero los sindicatos ya han rechazado la reducción de salarios.