Como ocurre cada verano a mediados de agosto, este año también podremos disfrutar de las famosas Lágrimas de San Lorenzo. La archiconocida lluvia de estrellas se observará con mayor nitidez durante esta noche y llegará a su pico máximo de actividad entre las 22.00 y las 10.00 horas de la mañana del lunes.

Además y según apuntan los especialistas en la materia, este 2018 será posible verla especialmente bien, pues habrá luna nueva y por tanto, la noche será más oscura. Sin embargo, para entonces se prevé la entrada de algunas nubes que podrían obstaculizar la visión. Por ello, aunque astronómicamente hablando sea un buen verano no hay que esperar «una cascada» continua de estrellas fugaces y sí tener un poco de paciencia y buscar un buen lugar.

Y es que, aunque el cálculo de los modelos estándares diga que la actividad de las perseidas en condiciones perfectas se sitúa sobre los 100 meteoros la hora, se cree que se podrán ver unos 20 la hora. Además, la cantidad puede variar y en unos pocos minutos se pueden cazar cinco y en media hora ninguno.

La Comunidad Valenciana ofrece numerosas opciones al respecto, incluso para aquellos más perezosos que no quieran salir de los límites de la ciudad del Turia. Por ejemplo, el parque de Cabecera es una buena opción. Se trata de uno de los parques más atractivos de la ciudad, y cuenta con un mirador ubicado en una colina, cuya altura favorece la visión del fenómeno que nos atañe. Muy cerquita se encuentra también la Playa de Port Saplaya, bastante despejada y la Albufera, donde es recomendable acudir al atardecer para disfrutar en barca de la puesta de sol y aprovechar al máximo el entorno. Viveros, el parc de la Rambleta, el de Aiora, el de Marxalenes, y la zona del río también son muy recomendables para avistar las estrellas fugaces.

Un poco más lejos se encuentra Aras de los Olmos que, junto con La Yesa, Alpuente y Titaguas, fue nombrada Destino Turístico Astronómico en 2016. De hecho, se encuentra entre los 10 mejores destinos del mundo para ver las estrellas. La Hoya de Buñol y el Rincón de Ademuz, en el interior, también ofrecen lugares cargados de encanto. Es el caso de la Sierra de Santerón, La Sierra de Malacara, y el Valle del Río Turia. En Benagéber, por su parte, subir al mirador del Pico Franco es una excelente alternativa; y el Castillo de Montesa hará las delicias de los más aventureros.