Hace unos días di una conferencia en la universidad de Girona. Una de las cuestiones era si las autopistas pueden parar el frío. Esta cuestión, que puede ser trivial o no, dependiendo del punto de vista, la hemos podido analizar en nuestros transectos y con la bibliografía respecto a la temperatura del suelo en las autopistas. Y los resultados muestran que se observan unas temperaturas más altas en la parte de sotavento de las autopistas que en la parte de barlovento, la parte más occidental de la AP-7 es ligeramente más fría tanto en Sarrià de Ter como Salt donde las Dehesas en el oeste de esta vía son más frías que las Dehesas en el este. Parece pues que estas vías rápidas hacen de barrera para el aire frío.

Al menos algunos centenares de metros más al este de la autopista que traviesa las Dehesas las temperaturas no vuelven a bajar a valores relativamente similares en la parte occidental. Hay que añadir que como consecuencia del albedo bajo las autopistas la temperatura es más alta encima de la autopista o en ambos lados.

También es importante otra pregunta, no realizada durante esta conferencia, sino hecha a un conocido observador meteorológico: «¿El Eix Transversal puede desviar las tormentas?» Su respuesta es negativa; de hecho, una cosa es la temperatura que puede verse más afectada por la urbanización y otra la lluvia. Si analizamos las series pluviométricas en los dos márgenes del Eix no se observa una tendencia hacia la disminución o el aumento de la precipitación. Las tormentas tienen rutas principales en una zona determinada que están influidas por el relieve, la red fluvial y el viento a niveles medios y bajos troposféricos (850 y 700 hPa). El incremento de la precipitación de las tormentas se da en ciudades con radios superiores a los 20 kilómetros, no por autopistas, ya que las ciudades ocupan una porción de suelo urbanizado muy superior a las autopistas.