En artículo publicado recientemente en la American Meteorological Society, encabezado por Cristian Muñoz, actualmente doctorando del Departamento de Ciencias de la Tierra y Medio Ambiente de la Universidad de Manchester (UK), advierte que las gotas frías -conocidas técnicamente como DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos)- se han vuelto más frecuentes en ambos hemisferios en el período 1960-2017.

El estudio señala que el hemisferio norte hay ciertas regiones donde las DANAs son más frecuentes, abarcando el noreste del Océano Atlántico, el suroeste de Europa (donde se encuentra España), un sector comprendido entre el noreste de China-Siberia y el extremo noroeste de Alaska, y el noreste del Pacífico-mitad occidental de América del Norte.

Precisamente, en las últimas décadas es en Europa donde la formación de gotas frías o DANAs resulta más habitual en el conjunto de nuestro hemisferio, aunque también es una de las zonas en las que la variabilidad interanual es mayor.

Con un jet stream más ondulado, se producen bloqueos que favorecen la aparición de ramales subtropicales y polares más débiles. En los últimos años estamos viendo que estas precipitaciones de carácter convectivo tiejen cada vez más peso en el acumulado total anual. Otras de sus características es que son muy irregulares y espaciadas en el tiempo. Nos tendremos que adaptar a todo esto.

Por último, me gustaría recorrdar que es un error usar los términos de gota fría o DANAs como sinónimo de lluvias torrenciales de consecuencias catastróficas en otoño o ligarlo a un mar cálido, ya que lo que tiene mayor peso es la propia circulación atmosférica, además de otros factores de carácter regional o local.