Los meses de verano concentran las atenciones médicas por picaduras de insectos o artrópodos como la garrapata. De hecho, tres de cada cuatro asistencias por esta causa se produce entre junio y septiembre, con los menores de 19 años como el grupo de edad más perjudicado según los datos de 2019 antes de la pandemia.

Si la picadura es de mosca negra, mosquito, avispa o abeja, el picor dura 24-72 horas y luego quedan lesiones inflamatorias residuales que desaparecen sin causar cicatriz en 5-7 días, aunque a veces pueden dejar una hiperpigmentación transitoria, según apuntan Andrés Casanova y Pablo Hernández, dermatólogos del Hospital General de Valencia.

Tratamiento picaduras: mosca negra, mosquito, avispa, abeja o medusa

La mayoría de casos no requiere tratamiento. Ahora bien, si hay una reacción local exagerada, se deben aplicar cremas o pomadas con corticoesteroides, y antihistamínicos orales para el prurito. Si esta terapia no funciona, se debe iniciar un tratamiento con corticoesteroides orales.

En el caso de la garrapata, los expertos señalan que lo más importante es extraerla completa con pinzas: se debe agarrar el insecto entre el espacio que queda entre la piel y la boca para evitar que queden restos orgánicos que puedan causar posteriormente reacciones a cuerpo extraño. En ocasiones, las garrapatas pueden transmitir enfermedades cuyo tratamiento es antibiótico y que solo se deben administrar una vez confirmado el diagnóstico clínico y microbiológico por un especialista.

Si el origen es una medusa, lo primero es desprenderse de los tentáculos, para lo que ayuda sumergir la zona afectada en el agua del mar. Si es necesario, el tratamiento es como el de las garrapatas (se debe evitar recurrir al vinagre o al bicarbonato).

La aplicación de frío local, evitando el contacto directo del hielo con la piel, se aconseja en todas las picaduras para frenar la extensión de la inflamación local excepto en aquellas causadas por animales marinos, como medusas o pez araña. En estos casos se recomienda el calor, con cuidado de no causar quemaduras porque hay toxinas en estos animales que se inhiben a temperaturas entre 40-45 grados.

En general, la mayoría de picaduras se resuelve por sí misma, pero se aconseja pedir ayuda médica si las reacciones locales son muy exageradas y ocasionan mucha molestia, cuando la picadura empeora con el paso de los días, si se ven afectadas zonas alejadas de ella o hay sensación de ahogo. Cualquier picadura puede volverse a infectar y requerir tratamiento antibiótico, siempre tras la valoración del personal médico.