Efe, Valencia

La Casa-Museo Blasco Ibáñez recrea las afinidades entre los valencianos Joaquín Sorolla y Vicente Blasco Ibáñez en una exposición que se inauguró ayer y que conjuga 25 tablas de pequeño formato pintadas en Valencia por el pintor entre 1894 y 1904 con el fondo fotográfico y bibliográfico que sobre el escritor guarda este museo.

En la presentación ayer de la exposición Blasco y Sorolla inventaron la Malvarrosa , su comisario, Paco Carsí, explicó que la iniciativa trata de que el público «conozca y entienda la relación creativa entre los dos valencianos contemporáneos más universales». «Es una exposición que relata, a través de fotos, cartas, libros y pinturas la estrecha amistad que unía a los dos artistas, a los que, en propias palabras de Blasco, sólo separó la muerte», apuntó Carsí.

La muestra, que se podrá visitar hasta el 12 de septiembre, se enmarca en el décimo aniversario de la apertura de esta museo, ubicado en el solar de la Malvarrosa donde el novelista, político y periodista Blasco Ibáñez tenía su chalé. La concejala de Cultura del Ayuntamiento de Valencia, María José Alcón, por su parte, manifestó que de esta forma se retoman las actividades del museo.

El centro expone 25 obras de pequeño formato, sobre tabla o cartón, pintadas por Joaquín Sorolla a pie de playa entre los años 1894 y 1904, pequeños divertimentos o notas de color que el artista realizaba, en pocos minutos, en los tiempos muertos que tenía entre la creación de obras de mayor tamaño.

También se exhiben en vitrinas copias facsímil de la correspondencia entre Blasco y Sorolla, proporcionadas por el Museo Sorolla, de Madrid, así como fotografías originales -en las que se ve juntos a ambos artistas- y postales y curiosidades de la época cedidas por varios coleccionistas para la ocasión. Ambos eran vecinos del barrio de la Malvarrosa y se veían dando paseos por la playa y cuando Sorolla pintaba sus obras, en la misma orilla del mar, delante del chalé del otro.