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El dueño de un pub de Massanassa, José Luis G. B., de 43 años, fue asesinado el jueves por la tarde en Valencia de un disparo realizado con una pistola de calibre pequeño en la cabeza que le penetró por el oído derecho y le causó la muerte en el acto. El crimen fue perpetrado en el interior del automóvil de la víctima, un Audi A3 de color gris plata, y el disparo fue realizado desde el asiento del copiloto, por lo que la policía se centra en averiguar con quién se había citado José Luis en Valencia y por qué razón.

La víctima, que había cumplido los 43 años el mes pasado, era dueño de un bar musical en Massanassa desde hacía unos tres años. Con anterioridad, José Luis G. B. había regentado durante más de una década otro pub en Alfafar, municipio en el que residía desde hacía años con su esposa y una hija adolescente.

Según distintas personas que conocían a la víctima, llevaba un tiempo atravesando una situación conflictiva derivada de ciertas deudas económicas. De hecho, el grupo de Homicidios de la policía nacional se está centrando en ese aspecto para resolver el caso.

Además, según ha podido saber Levante-EMV de fuentes de toda solvencia, José Luis G. B. tenía antecedentes policiales, el más grave de ellos por tráfico de drogas. De hecho, fue detenido por la Guardia Civil de Alfafar en septiembre de 2003 por esa razón. Tres años y medio después, en enero de 2007, volvió a tropezar con la Guardia Civil, aunque, en esa ocasión, todo se quedó en un intervención por tenencia de cocaína.

Los antecedentes como eje

El delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Ricardo Peralta, confirmó ayer que "la policía está trabajando en la línea de investigación que se desprende de los antecedentes" de la víctima.

El cuerpo fue descubierto por un perito de la empresa constructora Lubasa, responsable de la edificación de varias fincas sitas entre la calle Luis García Berlanga y el final del Paseo de la Alameda, justo frente al Oceanográfico, ya que se había desprendido parte de una cornisa. Cuando llegaba al final de la calle García Berlanga, cerca de las vías, el hombre reparó en un Audi A3 mal aparcado en batería y con el motor encendido, cuyo conductor estaba inmóvil y ligeramente caído hacia su derecha. Al acercarse, vio que tenía sangre en la cabeza y llamó al 091.

La primera patrulla de la policía nacional que llegó comprobó que no tenía pulso, pero dado que el cuerpo aún no había perdido temperatura, la dotación pidió un SAMU ante la posibilidad de que pudiera ser reanimado. Sin embargo, el equipo sanitario se limitó a certificar la muerte.

Un portafolios con documentos

La autopsia confirmó ayer la primera impresión de los policías y de la forense de guardia: José Luis G. B. falleció tras recibir un disparo a quemarropa en la cabeza, con orificio de entrada por el canal auditivo derecho. La muerte fue instantánea. Sobre el asiento del copiloto, la policía halló un portafolios con documentos que fueron examinados en el lugar y llevados posteriormente a la jefatura de policía para analizar su posible relación con el crimen.

La policía científica realizó una profunda inspección ocular tanto del vehículo, como del área colindante. El arma no fue encontrada, y tampoco huellas del asesino. Los agentes tomaron multitud de muestras de ADN dentro del coche para tratar de identificar al asesino, a quien la víctima debía conocer, dados los detalles que rodean su muerte.

El cadáver fue levantado pasadas las 20.30 horas por orden de la jueza de Instrucción 10 de Valencia, en funciones de guardia, y llevado al Instituto de Medicina Legal.