Una valenciana denuncia que su hija "se muere" en una cárcel de Oporto

Una valenciana de 29 años se encuentra presa en una cárcel de Oporto (Portugal) desde abril del 2007 por actuar como correo en un envío de droga. Desde entonces hasta hoy su salud se ha ido deteriorando hasta tal punto que sus familiares temen por su vida y han solicitado su hospitalización inmediata. "Que cumpla la condena, pero que no la dejen morir como a un perro", critica Amparo L., madre de la joven.

Desamparados García, conocida en Alaquàs como Desi, padece actualmente de Hepatitis C de fase dos, lo que le provoca insoportables dolores y le ha llevado en pocos meses ha adelgazar hasta los 43 kilos. "Es infrahumano, lo único que pido es que curen a mi hija, que no la dejen morir", explica desesperada Amparo.

Además, desde hace un año arrastra una infección en la garganta que le hace vomitar una especie de "pus ennegrecido". "Ningún médico de la prisión le trata esta infección y Desi tiene que meterse los dedos en la garganta para reventárselo ella misma", relata la madre de la joven. "El propio médico me dijo que esta práctica le podía provocar la muerte súbita en tres minutos", apuntó Amparo.

En una celda de castigo

Asimismo, la madre de rea denuncia que su hija ha sufrido malos tratos dentro del centro penitenciario de Santa Cruz Do Bispo, causados presuntamente por parte de algunos funcionarios. "Le dieron codazos en los riñones y golpes en la cabeza porque fue a consolar a una interna que había perdido a su hijo", asegura Amparo. Luego la metieron en una celda de castigo, conocida como "Manco", donde "le dieron una ducha de agua fría y la dejaron con la ropa mojada hasta que se le secó del propio calor de su cuerpo", afirma la madre de Desi.

La valenciana pasó cinco días en esta celda de castigo con la ropa empapada, hecho que agravó aún más su enfermedad. "Para ellos los presos son números, mi hija ya no es Desi, es el 133", apuntó desconsolada de no saber si la salud de su hija aguantará mucho más.

Desamparados García fue detenida en el aeropuerto de Oporto el 31 de mayo de 2007 por transportar cocaína en su maleta. Aunque su familia cree que fue engañada debido a su adicción a las drogas, (enfermedad que ya ha superado), no piden que se revise su condena, simplemente que cumpla la pena, pero que le presten la atención sanitaria que requiere. "Una cosa no quita la otra, que salga cuando le toque, pero que le traten la enfermedad", confiesa Amparo, explicando que ella es la primera que entiende que su hija debe cumplir su castigo. "Pero que no venga muerta".

De hecho, la joven podría salir el próximo mes de febrero. Sin embargo, temen que no llegue a ese día con vida. "Ayer hablé con ella y me dijo que no le quedan fuerzas", asegura Amparo.