La Guardia Civil investiga si el producto que acabó con la vida de Federico Gil Ribera, fallecido por envenenamiento el pasado día 17 de febrero, era algún tipo de matarratas. Su compañera de vivienda, M. M. A., fue detenida acusada del crimen por supuestamente haber ido suministrándole alguna sustancia tóxica que afloró durante la autopsia.

Tras conocer la detención de la mujer, Cristina Gil, hermana del fallecido, admite que todo apunta a que ella lo hizo. A su juicio, "lo ha hecho solamente para quedarse con el chalé, porque estaba convencida de que iba a heredar la casa y un coche que tenían". La mujer podía haber utilizado algunos de los productos químicos almacenados en la propia vivienda como sosa cáustica y tóxicos.