El acusado de asesinar a su compañero de piso y profanar su cadáver en septiembre de 2008 en Bullas (Murcia) no sufría ningún tipo de alteración en sus facultades intelectuales o en su voluntad y concibió un plan para ello, sabiendo lo que tenía que hacer en cada momento. Además, no aprecia "ira" en los actos, sino una planificación que él mismo relató.

Así lo determinó el psiquiatra forense que evaluó a Alejandro M. A., conocido como el autor del "crimen de la tinaja", en la segunda sesión del juicio con jurado popular que se celebra en la Audiencia Provincial de Murcia.

Según este experto, en el procesado se observó "una claridad y orden de pensamiento y ninguna alteración en su memoria, puesto que relató cómo sucedió todo", así como apreciación inexistente en su estado anímico.

De esta manera, el médico forense ha desmontado la versión del abogado defensor, quien alegó un trastorno mental de su cliente, apoyándose en que éste dijo que había guardado a la víctima en el frigorífico porque pretendía "comérselo".

También ha rebatido la versión de que el "caníbal de Murcia" pudo haber reaccionado así por su trauma infantil de abusos sexuales continuados de su progenitor. En opinión de este experto, este trauma podrá tener "la importancia que tenga, pero no tuvo ninguna influencia en su capacidad de decidir".