La Guardia Civil ha detenido a dieciséis personas por el robo de 100.000 litros de gasolina y gasóleo del oleoducto que conecta Albuixech con Castelló, en el que ocasionaron daños valorados en 600.000 euros.

Así lo han explicado hoy en rueda de prensa en la comandancia provincial el subdelegado del Gobierno en Castelló, David Barelles, y el teniente coronel Juan José Miralles.

Ambos han destacado el grave riesgo para la salud y el medio ambiente que tenía la práctica de la extracción del combustible del oleoducto, ya que además de poder provocar una fuerte explosión, se vertía el líquido al subsuelo.

La operación, denominada Collarín, ha permitido desmantelar la organización cuyos miembros venían desde Rumanía cada vez para realizar las extracciones.

Los delincuentes habían ideado un método muy sofisticado y disponían de una red de transporte y distribución perfectamente organizada que vendía lo sustraído al por menor tanto en España como en Rumanía.

La Guardia Civil calcula que por la infraestructura de la que disponían, los delincuentes sustrajeron unos 100.000 de litros de combustible a lo largo de los últimos nueve meses y daños por valor de 600.000 euros.

Según ha asegurado el teniente coronel, se trata de la primera operación de estas características en la Comunitat Valenciana.

El primer "picaje" de la tubería se produjo en junio de 2013, cuando la empresa Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH), con sede en el polígono industrial Serrallo de Castelló, y propietaria del gasoducto, puso en alerta a la Guardia Civil de los hechos.

Los detenidos accedían al oleoducto por lugares ocultos y de difícil acceso. Estos excavaban un agujero de unos dos metros de profundidad hasta llegar a la tubería en la cual colocaban una brida.

Una vez instalada la brida taladraban hasta el conducto por el que pasa el combustible, y a continuación acoplaban una manguera para transferir la carga a un camión estacionado en las inmediaciones y preparado con varios depósitos para almacenar el carburante.

Para las extracciones, varios de los integrantes de la banda realizaban tareas de vigilancia y el resto hacía el trabajo técnico de la extracción.

Miralles ha alertado del "altísimo" riesgo que esta práctica supone para la seguridad pública, ya que si el taladro soltara alguna chispa y se mezclara con el combustible, las probabilidades de producirse una deflagración hubieran sido elevadas.

Asimismo, al realizarse las extracciones se vertía gran cantidad de combustible al suelo y se depositaba en el subsuelo.

El Seprona valora estos daños junto a los que se hayan podido ocasionar en los huertos por los que atraviesa el oleoducto y desde los que se realizaron las extracciones.

Las detenciones se produjeron en Burriana, cuando los agentes pudieron sorprender a los implicados "in fraganti" realizando una extracción. Estas se produjeron en los términos municipales de Almassora, Burriana y Nules, en Castelló, y dos en El Puig.

Los detenidos y las diligencias instruidas pasarán a disposición del Juzgado de Instrucción número 2 de Castelló.