La española Ana Isabel Charle, asesinada en Nueva York esta semana por un exresidente del centro de acogida para hombres de El Bronx que dirigía, fue recordada ayer como una persona «que estaba ahí para ayudar a todo el mundo», dedicada a la población de los sin techo a los que atendía.

Charle, que llegó a EE UU en 2002 procedente de Valladolid y tenía dos hijas de 9 y 11 años, murió el pasado lunes tiroteada por West Spruill. El exconvicto, que había vivido durante poco tiempo en el albergue de El Bronx, esperó a Ana a la salida del trabajo, la sorprendió, la asaltó dentro de su propio coche y la obligó a desnudarse, al parecer con la intención de violarla.

La víctima salió corriendo desnuda en un intento de escapar de su agresor, quien corrió tras ella, también desnudo, y le disparó varias veces con un arma que llevaba en una de las dos bolsas que llevaba. Luego caminó tranquilamente por la calle y se alejó del lugar, aunque fue detenido poco después.