Dos de los tres guardias civiles acusados de formar parte de una red de contrabando de dinero a China denunciaron ayer haber recibido «presiones y amenazas», cuando fueron detenidos por sus compañeros de la Benemérita, para que admitieran los hechos por los que se les está juzgando. Los tres agentes sólo respondieron a las preguntas de sus abogados, aunque la fiscal forzó la lectura de sus declaraciones ante el juzgado de instrucción número 1 de Quart de Poblet, en las que reconocían haber permitido a otro de los acusados Min Z. saltarse los controles aduaneros para pasar dinero. «Declaré bajo presión, me decían que mis compañeros estaban declarando contra mi», DIJO José Francisco C. F. «La presión para declarar era grande: me decían que los otros dos irían a prisión y que yo acabaría igual», explicó Francisco A. D., que dejó la guardia civil dos meses antes de ser detenido. El supuesto cerebro de la red, Min Z. negó haber sacado dinero de forma ilegal, aunque admitió que dio préstamos a los agentes porque eran amigos.