El fiscal mantuvo ayer su petición de catorce años de prisión para Íñigo Vallejo Franco, el etarra que huyó a Francia cuando fue desarticulado en Valencia el comando Basauntza de ETA, que iba a cometer atentados con motivo del Consejo Europeo que se iba a celebrar el 21 y el 22 de junio de 2002 en Sevilla.
Durante el juicio, celebrado en la Audiencia Nacional, el acusado negó su pertenencia a dicho comando y que participara en los hechos que le atribuye el fiscal. Se le imputan los delitos de tenencia de explosivos y de armas y falsificación de documentos oficiales.
Según el fiscal, junto a otro etarra ya condenado el acusado entró en España por Barcelona y ambos se dirigieron a Valencia, donde permanecieron desde el 6 hasta el 9 de junio de dicho año. Posteriormente fueron a Cullera, donde estuvieron hasta el día siguiente.
Siguiendo las instrucciones de los dirigentes de la banda terrorista ambos recogieron el día 8 en Torrent un Renault 19 con matrículas falsificadas cargado de explosivos que trasladaron hasta una pista forestal que une las localidades valencianas de Cortés de Pallás y La Cabezuela, donde ocultaron el material explosivo en un zulo.
Al día siguiente un policía detectó el coche en Algemesí, lo que propició las detenciones de ambos y la incautación de los explosivos.