Un agente de la Guardia Civil, destinado en el Puesto de Càrcer, se ha convertido en héroe por accidente y por partida doble después de salvar la vida de dos conductores que habían sufrido sendos siniestros en la autovía A-35 en el plazo de apenas dos meses. Jacinto Navarro, de 36 años, se dirigía a comenzar su jornada laboral cuando se encontró en la citada carretera con ambos accidentes, uno de ellos ocurrido el pasado 27 de noviembre y el último hace apenas unos días, el domingo 29 de enero.

«No sé si fue casualidad o mala suerte, pero mejor que me haya pasado a mí que a otra persona que no hubiera sabido cómo actuar», reconoce el agente, quien no dudó en poner su vida en juego para señalizar la zona, evitando así nuevas colisiones contra los obstáculos en la carretera. «Pegaba bandazos con la linterna y el peto luminoso porque había una niebla cerrada y tan densa que de no estar allí otro vehículo habría chocado y se habría producido una colisión múltiple», asegura Navarro.

En el primero de los siniestros en los que tuvo que intervenir estando franco de servicio, ocurrido el 27 de noviembre, un vehículo quedó empotrado contra el muro de la mediana, en la A-35, sentido Valencia, a la altura de Moixent. El conductor, de unos 25 años, quedó atrapado y presentaba un fuerte traumatismo craneoencefálico. «Tenía dolores muy fuertes en la cabeza y cuando lo saqué empezó a convulsionar», explica el agente, quien tras señalizar la zona había alertado inmediatamente para que mandaran a las patrullas de Tráfico y a los servicios médicos.

El otro accidente, ocurrido el pasado domingo, se produjo en la misma autovía, a escasos cinco kilómetros del anterior, pero en este caso sentido Albacete. Jacinto Navarro se dirigía nuevamente al puesto de Càrcer para empezar su jornada de trabajo y no podía creerse que nuevamente, tan solo dos meses después le ocurriera lo mismo.

Un tráiler estaba volcado ocupando la mediana en el sentido contrario y su conductor había quedado atrapado en la cabina. Su primera reacción fue retirar rápidamente, incluso a patadas, todos los objetos que habían quedado en la calzada y que suponían un peligro al resto de vehículos.

Para rescatar al herido, que presentaba una brecha en la cabeza y estaba aturdido, el agente tuvo que romper el cristal de la ventanilla porque la puerta del lado del conductor había quedado bloqueada. El camionero, que venía de Girona y se dirigía a Murcia, fue trasladado al Hospital Lluís Alcanyís de Xàtiva. «Se debió de quedar dormido, pero dio un volantazo en el último momento y eso le salvó», argumenta el héroe restando importancia a su acción.