La Guardia Civil de Castelló continúa instruyendo diligencias en relación a la muerte de un empresario en la terraza de un bar de Benicàssim la mañana del sábado de un corte en el cuello. Según fuentes consultadas por Levante -EMV, la principal causa que se baraja es que el agresor, un hombre de origen asiático, sufriera un brote psicótico. Además, tal como confirman las mismas fuentes, parece que el ahora detenido tenía problemas psicológicos y se medicaba. Esta hipótesis casaría con la información que ya avanzó ayer este periódico y que tiene que ver con el contenido de las cámaras de seguridad instaladas en la esquina del bar y que vigilan las pilonas que regulan el tráfico en las calles peatonales. Dicha cámara enfoca a la terraza del bar 'La Alegría' (donde tuvieron lugar los hechos) y captaron cómo un individuo se dirigía a la víctima y, sin discusión ni pelea previa, le agredía con un arma blanca.

Además, según ha podido saber este diario, las cámaras de vigilancia solo recogen imágenes (no audio) por lo que, si el agresor se hubiera dirigido a la víctima, parece que lo habría hecho sin aspavientos ni signos de estar molesto por algún motivo. Asimismo, cabe reseñar que, la primera línea de investigación descarta, de momento, la implicación de otra persona ya que, las cámaras recogen parte de la plaza contigua y no aparecen terceras personas, tal como detallan las mismas fuentes. Vecinos de la zona explicaron ayer a Levante-EMV que el presunto autor de los hechos era una persona reservada y que, a veces, parecía como "ausente". "No era una persona que se relacionara mucho con la gente", añaden.

El terrible suceso tuvo lugar el pasado sábado alrededor de las ocho de la mañana. Un hombre se dirigió hacia el empresario que se estaba tomando un café mientras leía el periódico en la terraza del bar 'La Alegría', ubicado en el número 33 de la calle Estatut de Benicàssim, y le asestó un corte en el cuello. Según relató a este periódico la responsable del quiosco colindante, la primera persona en ver a la víctima fue una vecina de la zona que se encontraba limpiando la escalera y que, cuando fue a tirar el agua del cubo, "se ha girado y ha visto cómo le salía sangre del cuello".

En ese momento, dio la voz de alarma y alertó al matrimonio propietario del quiosco para que llamaran a la policía. Mientras el marido llamaba a los agentes, la testigo salió a la calle y descubrió a la víctima sentada en la terraza. "Aún estaba vivo porque respiraba, con el cuello cortado... Se le veía sangre en el cuello y lo tenía hacia atrás", señala la vecina.

A pesar de la rápida actuación de los agentes de la Policía Local no se pudo hacer nada para salvarle la vida. El fallecido, de 56 años, era dueño de una empresa de pruebas eléctricas y vivía en una villa por detrás de la Ópera. La Guardia Civil detuvo al empleado del bar, que aguardaba dentro del establecimiento, por su presunta implicación en los hechos.

Al cierre de esta edición, y según pudo saber este diario, el arrestado seguía en dependencias de la Guardia Civil a la espera de pasar a disposición judicial a lo largo del día de hoy o mañana, antes de que se cumplan las 72 horas reglamentadas.