La titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Alzira decretó ayer el ingreso en prisión comunicada y sin fianza del presunto parricida que el domingo degolló a su hija de dos años para vengarse de su mujer, que le había anunciado su intención de divorciarse, como adelantó en exclusiva Levante-EMV.

No obstante, Laurentiu Mihai D., de 28 años, tampoco declaró ayer en el juzgado, ante el que se presentó «tremendamente compungido», según su letrado. El auto de prisión atribuye al acusado un delito de asesinato con alevosía y el agravante de especial vulnerabilidad de la víctima.

La juez también decretó una orden de alejamiento con la prohibición de acercarse a menos de 300 metros de la madre de la niña y de comunicarse con ella. Mientras, las fuerzas de seguridad conducían al detenido al centro penitenciario de Picassent, en el tanatorio de Alzira tenía lugar la ceremonia de despedida de la niña, en la que la madre se volvió a desmayar.

«No hemos podido hablar con él por la situación psíquica en que se encuentra, está completamente destrozado», explicó el abogado Antonio Llácer, que ha asumido el caso por el turno de oficio grave, como refuerzo del letrado al que le había correspondido por el turno ordinario, Carlos Catena. Llácer señaló que se había determinado que el procedimiento se regirá por la ley de jurado y dio por hecho que la petición de pena a la que se enfrenta el acusado será de veinte años. «Se va a pedir la prisión permanente revisable», apostilló.

Bajo vigilancia policial

El presunto parricida ya se negó a declarar ante la policía y, según señaló Llácer, «está asumiendo ahora los hechos». Se da la circunstancia de que el detenido ha estado bajo vigilancia permanente durante el tiempo que ha permanecido en comisaría de Alzira por temor a que pudiera autolesionarse.

En el día de ayer también estaba previsto que declarara la madre de la niña en el juzgado, pero familiares de la joven acompañadas por el alcalde de Alzira, Diego Gómez, se personaron para solicitar que se pospusiera esta comparecencia dado que no se encontraba en condiciones -desde que se produjo el asesinato ha sufrido varias crisis nerviosas- y ayer a mediodía se celebraba además el funeral.

La familia despidió a la niña en una ceremonia íntima a la que también asistieron amigos de la madre, que estuvo arropada en todo momento por sus seres queridos. La ceremonia, bajo el rito ortodoxo, se celebró en la capilla del tanatorio Santos Patronos. El ayuntamiento había anunciado que se haría cargo del entierro, a lo que se suma, según el alcalde, Diego Gómez, que el tanatorio también se ha ofrecido a colaborar «no cobrando nada».

Tras el funeral, el pequeño féretro, de color blanco, con una corona de rosas blancas y claveles, y una dedicatoria en rumano que rezaba «Condolencias sinceras de las compañeras de trabajo de tu madre» fue trasladado al cementerio para el entierro. Gómez, que trató de acompañar a la familia ne todo momento, reiteró que el ayuntamiento y la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas ayudarán a la madre psicológica y judicialmente.

El alcalde expresó la impotencia que siente como político y munícipe ante un caso de violencia machista: «Ya no sabes cómo denunciar este problema, siempre decimos que no queremos que esto vuelva a suceder, pero es que nos vemos impotentes para dar solución a un tema tan incomprensible para la sociedad», incidió.