"Buenas tardes a todos, menos a uno". Esa simple frase fue el detonante para que José Ramón A., de 50 años, atacara a traición con una navaja a Vicente, ambos personas sin techo que acudían con frecuencia al centro asistencial de Médicos del Mundo en la calle Lepanto de València, y acabara con su vida cuando se encontraban en la cola para recibir la merienda. Según el acusado, que se enfrenta a una pena de quince años de cárcel por un delito de homicidio y por las lesiones causadas a un voluntario del centro que intentó evitar el crimen, no había tenido ningún altercado ni discusión previa con su víctima. Fue simplemente por el menosprecio de negarle el saludo. "Él no me apreciaba, sabía que lo decía por mí, además se echó a reír", aclaró ante un Jurado Popular.

Aunque al comienzo de su declaración durante la primera sesión del juicio el procesado confesó el crimen, ocurrido el 14 de marzo de 2017, y las partes habían llegado a un acuerdo de conformidad por el que veía rebajada la pena de quince a doce años, el presunto homicida empezó a tratar de justificar su acción, alegando que no era consciente de lo que pasó y que no tenía intención alguna de acabar con su vida. "Fue algo involuntario, si llegó a querer hacerle daño no se la clavo en el ombligo, sino en el hígado o el corazón", manifestó eliminando así cualquier posible acuerdo alcanzado.

El acusado sufre "trastornos de personalidad con ideación paranoide" y dependencia a cocaína, alcohol y cannabis, y le fue reconocido por ello un incapacidad permanente absoluta para el trabajo en 2004. Por ello la fiscalía aprecia la circunstancia atenuante de alteración psíquica, ya que podía tener "afectada parcialmente su voluntad cuando cometió los hechos, aunque sin modificar su capacidad de conocimiento y comprensión de los mismos".

De hecho, el fiscal remarcó en su interrogatorio que el acusado recordaba muchos detalles de ese día, siendo plenamente consciente de lo que estaba haciendo cuando "sacó una navaja de unos quince centímetros de hoja y sin apenas mediar palabra atacó a su víctima en el vientre con gran fuerza, causándole heridas mortales de necesidad, al seccionar grandes vasos sanguíneos".

Además, aprecia los agravantes de abuso de superioridad y reincidencia, ya que el que procesado cuenta con otros antecedentes violentos, entre ellos dos condenas por lesiones, amenazas y atentado, y una por lesiones.

Respecto a las lesiones que le causó a un voluntario del centro de Médicos del Mundo, a quien acuchilló en una mano, el acusado alegó que fue un forcejeo y que no quería rematar a su víctima. "Me acerqué para ver qué le ha pasado porque sangraba".