Maniatadas con bridas y amenazadas de muerte durante una larga hora de terror hasta que sus captores consiguieron su objetivo: 225.000 euros en metálico y numerosas joyas, entre ellas, un valioso reloj de oro de la marca Rolex. El asalto, por el que ya hay un detenido, se produjo un mes antes de que comenzara el estado de alarma en un piso de lujo próximo a la Ciudad da le Justicia de València.

Las víctimas, una familia china, aunque en el momento del asalto solo se encontraban en el domicilio dos mujeres, una de ellas de 70 años, y su hija, de 48. Los asaltantes, que iban encapuchados para ocultar su rostro y portaban armas blancas, entraron en la casa tras agazaparse en el rellano y esperar a que salieran. Fue la mujer mayor la primera en toparse con los asaltantes cuando iba a sobrepasar el quicio de la puerta. Los desconocidos la metieron violentamente en el interior y la ataron de pies y manos a una silla con la ayuda de una bridas de color negro.

Con el revuelo, su hija bajó para ver qué sucedía -se trata de un dúplex- y fue interceptada por los atracadores, que también la maniataron con bridas de plástico a otra silla del comedor, mientras registraban los dormitorios en busca de la caja fuerte, oculta en un armario.

La facilidad con que la encontraron ha llevado a los investigadores del grupo de Atracos de la Policía Nacional de València a sospechar que los asaltantes disponían de información previa no solo de la ubicación de la caja, sino también de la fuerte suma que se iban a encontraba en su interior.

Según ha podido saber Levante-EMV de fuentes jurídicas, al parecer, ese dinero estaba destinado a la compra de una nave industrial en un municipio de l'Horta, lo que ha llevado a pensar que alguien relacionado con ese hecho hubiera podido facilitar la información a los autores materiales del robo.

Los asaltantes obligaron a la hija a entregarles las llaves de la caja fuerte, bajo la amenaza de matar a su madre. En apenas una hora, habían concluido el asalto y se habían ido de la casa. Una vez que se quedaron a solas, la hija logró soltarse las bridas y liberar a continuación a su madre, tras lo cual llamó a su hijo para que alertase a la policía.

Al parecer, las víctimas denunciaron en un primer momento una suma de dinero notablemente inferior -56.200 euros- por razones que no han trascendido.

La Policía ha podido llegar hasta uno de los atracadores a partir, entre otras cosas, de la grabación de la cámara de seguridad que las víctimas tenían instalada discretamente en el salón y de cuya presencia no se dieron cuenta los ladrones, cuya imagen fue perfectamente registrada por esa videocámara.

El presunto atracador, detenido el pasado 7 de mayo en su domicilio de València, es el mismo que el pasado 8 de diciembre cometió otro robo violento junto con una cómplice en el que se descolgó con una cuerda desde la azotea y se coló por la ventana de la cocina cuando en el piso estaban sus tres moradores.

Tal como informó la Jefatura Superior de Policía el pasado domingo en un comunicado, al verse sorprendido por las tres personas que residían en el piso, se limitó a robar un bolso conforme salía corriendo por la puerta.

Una de las víctimas, al ver la cuerda colgando, subió a la azotea, donde se encontró a la cómplice, fumando. El joven llegó a cogerla para inmovilizarla, pero ella se zafó mordiéndole y escapó, eso sí, perdiendo en el forcejeo la mochila que llevaba. Gracias a ellos, ambos han sido finalmente identificados y detenidos.