Un hombre que se enfrentaba a 22 años de cárcel por violar a sus dos hijas de forma continuada siendo estas menores de edad, cuando apenas tenían doce y trece años, fue condenado ayer a menos de la mitad de la pena que inicialmente solicitaba el Ministerio Fiscal tras llegar a un acuerdo de conformidad en el que reconoce los abusos sexuales con acceso carnal.

La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Valencia dictó sentencia in voce ayer contra el acusado, de 48 años y nacionalidad española, y le impone nueve años y nueves meses de cárcel después de que la defensa del procesado, ejercida por el letrado penalista Vicente Monzó lograra llegar a un acuerdo por el que se le rebaja considerablemente la pena que pedía el fiscal. Así, la Sala ha contemplado dos circunstancias atenuantes, la de intoxicación por consumo de alcohol —ya que cuando abusaba de sus hijas estaba ebrio— y la de dilaciones indebidas.

Los primeros tocamientos de índole sexual se remontan a los años 2007 y 2008 cuando la hija mayor apenas contaba con trece años y su padre biológico entraba en su habitación «con la intención de satisfacer sus impulsos libidinosos». Años después, en 2014, en este mismo domicilio, en un municipio de la Ribera que este periódico omite para preservar el anonimato de las víctimas, el condenado violó a otra hija menor, en este caso de doce años, aprovechando cuando se quedaba a solas con ella.

Los hechos fueron denunciados en junio de 2015. En concepto de responsabilidad civil el condenado deberá indemnizar a cada una de sus hijas con 30.000 euros.