El titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Gandia, en funciones de guardia, ha dictado prisión comunicada y sin fianza para Carlos Raúl Y. M., de 29 años, detenido el jueves en València como presunto autor del asesinato del cofrade de Gandia, Carlos Almiñana, de 67 años. El arrestado, que está investigado por estafa, robo con violencia y homicidio, se ha acogido a su derecho a no declarar en su comparecencia ante el juez, como ya había hecho ante la Policía Nacional.

El presunto asesino del cofrade de Gandia Carlos Almiñana llegó a las 11.30 horas al Juzgado de Instrucción número 2 de Gandia, en funciones de guardia, para comparecer por la acusación de haber matado y robado al hombre con el que mantenía una relación de carácter sentimental desde hacía alrededor de un año. Carlos Raúl Y. M., de 29 años de edad y nacionalidad panameña, ya se negó a declarar ante el grupo de Homicidios de la Policía Nacional durante su estancia como detenido en las dependencias policiales.

La Policía detiene a un amante del cofrade de Gandia por su asesinato | LEVANTE-EMV

El presunto asesino se hizo pasar por la víctima ante la familia

Carlos Raúl Y. M., el hombre de 29 años detenido por el asesinato de Carlos Almiñana, de 67 años, en Gandia, el pasado 17 de febrero —una semana antes de que su familia hallase el cadáver—, suplantó a su víctima durante casi diez días para aparentar normalidad. De hecho, se llevó el móvil de Carlos y estuvo haciéndose pasar por él, respondiendo a los wasaps de los familiares de su víctima incluso cuando ya había sido encontrado el cadáver, algo que, obviamente, el ahora detenido no sabía.

Tal como ha venido publicando Levante-EMV, el cuerpo sin vida de Carlos Almiñana, que habría cumplido los 68 dos semanas después, fue encontrado por sus sobrinos en la mañana del 24 de febrero, cuando acudieron a su casa, alertados porque su tío no respondía a las llamadas y solo contestaba por Whatsapp y de su cuenta bancaria faltaba cada día más dinero.

De hecho, de los 9.000 euros que tenía ahorrados, fueron gastados, entre extracciones en un cajero y compras de todo tipo de objetos, alrededor de 5.000 euros. Así las cosas, fueron a su casa y descubrieron su asesinato. La víctima estaba atada de pies y manos con bridas y tenía síntomas de asfixia y un fuerte golpe en la cara.

Los sobrinos, que alertaron de inmediato a la Policía Nacional, también constataron que el coche de Almiñana, un Citroën C4 de color rojo, no estaba en su aparcamiento habitual.

Apenas 15 días después, el grupo de Homicidios de la Policía Nacional detenía en un piso del distrito de Trànsits al presunto asesino, que se ha resistido a confesar. El acusado, que mantenía una relación sentimental con la víctima desde hacía más de un año, huyó de Gandia tras el crimen en el C4, que dejó perfectamente aparcado en la avenida Alfahuir de València. Desde allí se fue a hacer las primeras compras y tomó un taxi hasta su casa, que pagó también con la tarjeta de Almiñana. Tres días después del hallazgo del cuerpo, al sentirse buscado por la Policía, se ocultó en el piso de un conocido y se deshizo de los móviles (del suyo y del de Almiñana) y de las tarjetas, pero fue finalmente descubierto y detenido. Hoy declarará ante el juez.