Rocky, un perro de raza bulldog inglés, fue encontrado abandonado en septiembre de 2016 desnutrido, deshidratado, con infecciones y diversas heridas con secreciones. Su propietario, vecino de Burjassot, ha sido condenado ahora a siete meses de prisión por un delito de maltrato animal al declararse probado que el procesado no le prestó ningún tipo de atención veterinaria, ni siquiera curas caseras, durante el mes que estuvo a cargo del can. De hecho, la sentencia del Juzgado de lo Penal número 17 de València establece que de no haber sido atendido por el veterinario de Modepran el animal habría muerto.

El anterior dueño del perro, que también estaba acusado por maltrato animal, ha sido absuelto al no acreditarse que estuviera mal cuando se lo dio en adopción.

El perro fue encontrado en «un estado físico lamentable, con alto grado de deshidratación, desnutrición y caquexia, mal estado de la piel, deprimido y apático y con una infección generalizada», según refleja el fallo en sus hechos probados. Además, «presentaba inflamación considerable en el oído izquierdo, con larvas de mosca, gran cantidad de pus y tejido necrótico y diversas heridas por la cara y el cuello», añade.

Respecto del delito de abandono animal, la sentencia absuelve al acusado ya que, pese a que el perro fue encontrado vagando por la calle en condiciones de salud lamentables, cabe la posibilidad de que lo hubiera abandonado o puede que se le hubiera escapado.

La acusación, ejercida por Modepran a través del abogado Felipe del Baño, miembro de Avada (Abogados Valencianos en Defensa Animal), ha logrado una condena de siete meses de prisión por maltrato animal con la atenuante de dilaciones indebidas y veinte meses de prohibición para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia de los mismos.