Desde hace unas semanas la localidad de Cocentaina vive preocupada por las sangrientas peleas que se están produciendo en las calles del municipio. Imágenes muy duras, tanto en formato vídeo como fotográfico, han corrido como la pólvora entre los vecinos y ya han llegado a los móviles de diferentes puntos de la Comunitat Valenciana. Sangre, patadas en la cara e incluso agresiones con una guitarra española pueden verse en esas imágenes.
"Da miedo ir por la calle", "habrá que hacer alguna manifestación" o "madre mía, cómo se han puesto las cosas" son algunos de los comentarios que se pueden leer en los grupos de los contestanos en las redes sociales. Ante la preocupación, la barbarie de las agresiones y la alarma social, el consistorio del municipio ha tomado cartas en el asunto.
Al parecer estas reyertas ocurren desde mediados del mes de septiembre y en ellas están involucrados dos grupos de personas que se enzarzan entre ellas "allá donde coinciden", señala la concejal de Seguridad Ciudadana de Cocentaina, Eugenia Miguel. Para tratar de atajar el problema, la policía local ya ha reforzado los turnos para vigilar y controlar estos ataques.
Se trata de vecinos foráneos que llevan varios años viviendo en la localidad sin ocasionar conflictos, pero que de un tiempo a esta parte se enfrentan de una forma virulenta y dejan espeluznantes imágenes repletas de sangre y de gente esposada por las autoridades y tendida en el suelo. "La Guardia Civil es la que está llevando la investigación pero de momento no tenemos más información en el ayuntamiento", declara la edil.
Por el momento no hay que lamentar fallecidos aunque sí heridos. Supuestamente el consumo de sustancias estupefacientes está relacionado con estas brutales agresiones. Tanto es así, que pese a las heridas que sufren los involucrados en primera instancia muchos de ellos rehúsan la asistencia sanitaria.
Las detenciones se producen pero, una vez pasan a disposición judicial, a las 24 horas los arrestados vuelven a la calle a la espera de que vuelvan a ser citados por el juez. "Estos casos es cierto que provocan mucha alarma social y las imágenes son muy escandalosas pero estamos trabajando para atajar los conflictos", asegura Miguel.
