«Llegó muerto de miedo. Estaba muy asustado. Nos pidió por favor que avisásemos a su madre y a la Policía, y que le dejásemos quedarse aquí hasta que lo recogieran. Es increíble que pasen estas cosas aquí, a nuestro lado...». Quien habla es el camarero de un bar de la calle Doctor Olóriz, en el valenciano barrio de Tormos, en La Saidïa, donde buscó y encontró refugio el pasado lunes un chico de 14 años que fue acorralado, pateado y golpeado hasta romperle un tímpano por otros cinco menores de entre 14 y 15 años de un barrio próximo, tras esperarle a la salida de su instituto. La excusa, acusarle de «tener algo» con una niña que, al parecer, le gustaba a uno de los matones.

La madre ya ha presentado denuncia en la comisaría de la Policía Nacional de Trànsits y ha solicitado formalmente el traslado de centro escolar. «Tengo mucho miedo a que se repita. Uno de los que le han hecho esto a mi hijo tiene su misma edad y va al mismo instituto. Mi hijo sigue en casa y este chico está yendo al centro. Hoy mismo [por ayer] lo he visto cuando he vuelto a ir para hablar con la directora», explica la progenitora, que busca, ante todo, «proteger a mi hijo».

En el centro le han sugerido que el chico se quede esta semana en casa, mientras se recupera, y que, a la vuelta, si aún no se ha resuelto el cambio de centro o la expulsión del otro alumno implicado en la paliza, harán lo posible por salvaguardar al pequeño. La directora incluso se ha ofrecido a que el chico se quede con ella la media hora entre la salida del alumnado y la del profesorado —la madre está trabajando—, y a acompañarlo en el trayecto a casa.

«Estoy agradecida por el gesto, pero no se trata de eso», afirma la progenitora. Sabe que es una nueva victimización para su hijo, que es quien ha quedado al margen de momento de la actividad docente y quien deberá buscar otro centro para distanciarse de los agresores. Aún así, cree que lo más eficaz será el traslado a otro instituto. «Me da igual que sea concertado o público, lo que no quiero es que sea de los de más adentro», señala hacia Orriols.

«Te vamos a pegar a la salida»

El incidente comenzó el lunes, a la hora del patio. El otro alumno del instituto, que repite 1º de ESO, «se le acercó y le dijo que si estaba saliendo con una chica que le gusta a él. Mi hijo le respondió que no, que solo son amigos, y el otro le contestó que eso era mentira y que se iba a enterar. Que iba a llamar a unos amigos y le iban a pegar a la salida».

El chico no dijo nada al profesorado. «Le pregunté por qué no había pedido ayuda en ese momento, y me contestó que no creyó que fuera en serio». Pero lo fue.

En cuanto traspasó las puertas del instituto, el alumno del centro y los otros cuatro, que son de un barrio próximo, lo rodearon, lo agarraron de un brazo y se lo llevaron a la fuerza. El chico ni siquiera intentó oponerse «porque reconoció a uno de ellos, del que todos saben que siempre lleva una navaja». Lo llevaron al parque situado enfrente de su instituto y allí lo rodearon y la emprendieron a patadas y puñetazos por todo el cuerpo, incluida la cabeza. Un hombre que vio la escena les gritó a los agresores, que salieron corriendo.

Después, dos compañeras del instituto que vieron lo ocurrido, lo recogieron y se lo llevaron por una ruta alternativa hacia su casa. Sin embargo, cuando estaba cruzando un descampado vio a dos de los agresores, que le habían seguido, así que salió corriendo para que no le dieran alcance, siendo perseguido a la carrera por los otros dos.

El menor acertó a entrar en un bar, donde, asustado y al borde del llanto, pidió ayuda. El dueño del establecimiento le invitó a que se sentara en una de las mesas y a que se tranquilizase, y llamó a la Policía y a la madre del menor, que acudió enseguida y se hizo cargo de él.

El chico fue llevado a un hospital, donde los médicos le han diagnosticado fisura del tímpano del oído derecho. Tras pasar la noche entera ingresado, el miércoles recibió el alta. «Si en 15 días no se ha cerrado la fisura, los médicos se plantean una intervención. Esperemos que no haya que llegar ahí», aventura la madre.