Uno por uno, hasta quince testigos interrogados por la Policía Nacional, presentes la tarde del pasado 4 de enero cuando se produjo la tragedia del castillo hinchable de Mislata, que se cobró la vida de dos niñas de cuatro y ocho años, aseguran que la atracción no estaba atada en el lado derecho, justo el que se levantó tras una ráfaga de viento. Esto desmonta por completo el relato del feriante y del ingeniero técnico que revisó la instalación dos días antes. Al menos esa tarde, según coinciden todos los testigos y recoge el informe policial remitido al Juzgado de Instrucción número cuatro de Mislata, ese costado de la feria no estaba correctamente atado.

En todo caso, el propio fabricante de la atracción, cuya declaración también consta en dicho informe, sostiene que el castillo contaba con 32 amarres, con sus correspondientes anillas de acero, para garantizar su seguridad y que de haber tenido anclados todos ellos, que para eso se pusieron, las lonas se habrían desgarrado pero en ningún momento la atracción, de 22 metros de largo por 7,5 de ancho, habría salido volando ni se habría levantado del suelo por más viento que hiciera.

El fabricante de la atracción afirma que de haber estado sujetos los 32 amarres, las lonas se habrían desgarrado, pero no se habría levantado por el viento

Varios padres que se encontraban junto a la atracción en el momento de los hechos, afirman que trataron de sujetar el castillo cuando éste se levantó de golpe por el aire, y que no había ninguna atadura en el lado derecho, salvo una cuerda suelta. De hecho, a uno de ellos le llamó la atención que no estuviera anclado al suelo y antes incluso de producirse el siniestro, con las primeras ráfagas de viento, hizo bajar a sus hijos de la atracción.

Los testigos detallan que mientras controlaban a sus hijos junto al castillo, pasando por el lado derecho porque en el otro lado no se podía pasar porque había otra atracción —las colchonetas a las que sí estaba atado el hinchable— no tuvieron que sortear ningún obstáculo como cuerdas ni vieron anclaje alguno.

Solo uno estos 16 testigos presenciales interrogados sobre la presencia de los anclajes, cree recordar que vio los anclajes en ese lado cuando paseaba al perro.

En este mismo lado derecho, cuando llega la policía al lugar, los agentes encuentran cuerdas cortadas y otras sin nudo alguno —alguna de ellas deteriorada—. Según alegó el responsable de la atracción, las cortó él con un cuchillo para rescatar a los niños, pero esto contrasta con el relato de los testigos, quienes niegan que el feriante se acercara a ayudar a los menores. Además, ese es lado que se levantó por el viento, con lo que las ataduras que obstaculizaban llegar hasta los menores atrapados en la atracción se encontraban en el lado opuesto, donde sí había tres puntos de sujeción a la estructura metálica de las camas elásticas. De ahí que este lado del castillo no se levantara.

 «Estamos convencidos de que se pudo evitar»

El padre de la pequeña Vera, la niña de cuatro años fallecida en el accidente del castillo hinchable de Mislata junto a Cayetana —de ocho— el pasado 4 de enero, se mostró ayer convencido, a través de redes sociales, de que la tragedia se pudo haber evitado y asegura que «llegarán hasta el final» para que se depuren responsabilidades. En su perfil de Twitter, Iván agradece a la policía «el interés mostrado y el trabajo realizado para esclarecer las causas del ‘accidente’ de Mislata en el que murieron Vera y Cayetana». «Como le prometimos a nuestra niña, vamos a hacer todo lo posible y llegaremos hasta el final para que se depuren responsabilidades en esta tragedia que estamos convencidos de que pudo evitarse», apunta.