Un mes después de la tragedia del castillo hinchable de Mislata, que se cobró la vida de dos pequeñas de apenas cuatro y ocho años de edad, Vera y Cayetana, tras levantarse la atracción en uno de sus laterales por una ráfaga de viento, el informe policial remitido al Juzgado de Instrucción número cuatro de Mislata aprecia una serie de indicios que cuestionan la seguridad con la que contaba dicha instalación y que puso en riesgo la vida de los menores.

Aunque el informe no es concluyente sobre una responsabilidad penal o civil del feriante, del ingeniero técnico que revisó la atracción dos días antes, ni del propio ayuntamiento de Mislata, los numerosos testimonios recabados por el grupo de Homicidios de la Policía Nacional coinciden en una cuestión clave, en el lateral derecho que se levantó por el viento no vieron, y otros tampoco recuerdan lo contrario, que el castillo estuviera atado.

Esto se suma al informe fotográfico realizado por el grupo de policía científica en el que se observan cinchas rotas atadas a una farola, otra desgarrada y en mal estado que supuestamente debía estar atada a un bloque de hormigón, u otras seccionadas o con nudos a mitad de cuerda que indican que habrían sido reutilizadas.

La pequeña Vera, fallecida en el accidente del castillo hinchable en Mislata, se despide sonriendo en un vídeo colgado en redes por su padre

La pequeña Vera, fallecida en el accidente del castillo hinchable en Mislata, se despide sonriendo en un vídeo colgado en redes por su padre Iván Pérez

Versión del feriante

El responsable de la atracción atribuye la rotura de estas cuerdas a que él mismo las cortó con un cuchillo nada más producirse el siniestro para poder acceder a la atracción y socorrer a los niños. No obstante, la policía aprecia en su informe que algunas de las mismas ni siquiera tenían un nudo en su extremo que pruebe que estaban realmente atadas al punto de anclaje. Respecto a este aspecto el feriante argumenta que además de cortar alguna de las cuerdas, otras las desató.

En la vorágine tras el accidente, donde no se sabía siquiera el número de niños heridos y la gravedad de los mismos, extraña que el feriante interrogado por la policía se pusiera en ese momento a desatar las cuerdas teniendo, como él mismo ha reconocido, un cuchillo para poder cortarlas.

Sobre el sistema de anclaje con el que contaba la atracción la policía no ha podido determinar el número exacto de puntos de sujeción. Ni tan siquiera el ingeniero técnico que inspeccionó la instalación justo dos días antes de la tragedia es capaz de concretar dónde estaban atados los seis puntos fijos de amarre con los que debía contar la estructura para soportar una fuerza de 1.600 N.

Por su parte, el propietario de la atracción asegura que el castillo estaba atado a seis o siete puntos que actuaban como lastre, cuatro de ellos en el lado derecho sujetos a un árbol, una farola, a unas piedras de hormigón y a un banco. Mientras que los otros tres lastres estaban atados en el lado izquierdo a la estructura metálica de otra atracción de camas elásticas, como ya informó en su día Levante-EMV.

Un mismo joven estaba controlando la instalación a la vez que supervisaba otras atracciones

Sin embargo, los testigos de la tragedia, la mayoría de ellos padres de los niños que se encontraban en ese momento en el interior de la atracción, coinciden en señalar que en lateral derecho, el mismo por el que entró la ráfaga de aire que levantó de golpe la atracción, lanzando por el aire a varios de los menores, las cuerdas no estaban atadas. O al menos eso es lo que recuerdan ya que podían pasar libremente sin tener que sortear ningún obstáculo, cuerda o punto de sujeción alguno.

Asimismo, en sus testimonios también hacen referencia a un joven delgado y de piel morena que estaba controlando el castillo hinchable al mismo tiempo que llevaba otras atracciones.

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Grave accidente en la feria de Mislata al volarse un castillo hinchable Fotos de Miguel Ángel Montesinos

Otra de las cuestiones clave en la investigación, y que también recoge este informe policial, es la situación meteorológica de ese trágico día 4 de enero. Si bien la Policía Local de Mislata recibió un aviso de riesgo meteorológico por vientos esa misma mañana, la localidad donde se produjo el accidente no estaba en la zona afectada por esta previsión de rachas de viento y por lo tanto no se esperaban «impactos significativos» causados por el tiempo, según el informe.

Pese a ello, los testigos sí que coinciden en que instantes previos al suceso ya se empezó a levantar aire. A la espera de un informe meteorológico detallado por horas, habrá que determinar si fue algo repentino, como alega el feriante, o debía de haber parado la actividad al detectar las primeras ráfagas de viento.

Seis puntos de anclaje

El informe no puede concluir si se cumplía

Según la recomendación del fabricante de la atracción, ésta debía contar con seis puntos de sujeción en su perímetro capaces de soportar una fuerza de 1.600 N.


El riesgo de viento

Hay que parar la actividad con rachas de 18 a 38 Km/h

La normativa española recomienda no abrir la atracción con rachas superiores a los 18 Km/h y a partir de 38 km/h está prohibido.


Permisos en regla

La próxima revisión anual era en mayo de 2022

El feriante contaba con toda la documentación en regla. Había pasado la inspección anual de verificación y funcionamiento de la atracción, con vigor hasta mayo. Tenía la declaración de responsabilidad de espacio de pública concurrencia, la licencia de ocupación del Ayuntamiento y seguro de responsabilidad civil.