El conductor que en mayo de 2017 causó un gravísimo accidente en València, en el que murió una mujer de 34 años en el cruce letal en la incorporación a la avenida de Campanar desde la calle Tirso de Molina, reconoció el martes los hechos en el juicio, pero no alcanzó un acuerdo con la Fiscalía, por lo que el juicio por estos hechos se ha celebrado, por fin, casi cinco años después de que se produjeran. El inculpado, Carlos Arturo P. L., está acusado de un delito de homicidio imprudente y otro de lesiones, por las heridas del otro conductor.

Esa es, de hecho, la clave por la que no ha habido un acuerdo de conformidad, ya que la defensa del acusado, ejercida por el letrado Daniel Sánchez, ha planteado que se tenga en cuenta la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas por la tardanza en llegar a juicio, y pretende, además, que sea muy cualificada, por lo que sugiere que la condene sea de un año y tres meses. La Fiscalía y la acusación particular que ejerce el que era novio de la fallecida en aquel momento y conductor del coche en el que iba la víctima solicitan una condena de tres años y medio de prisión, lo que obligaría al inculpado a ingresar en la cárcel.

El accidente ocurrió el 4 de mayo de 2017 cuando Carlos Arturo P. L., que conducía un coche de otra persona, circulaba por la calle Tirso de Molina a una velocidad «notoriamente desproporcionada», entre 105 y 116 km/h, con una tasa de alcoholemia de 1,09 mg/l en la primera prueba y sin respetar un semáforo en rojo, en el cruce con los que se incorporan a la avenida de Campanar desde el carril de sentido inverso de Tirso de Molina, según el informe elaborado por la Unidad de Atestados de la Policía Local de València. En esas condiciones, el acusado, con antecedentes por delitos contra la seguridad vial, acabó impactando contra la furgoneta de la víctima, conducida por su novio, quien procedía de Tirso de Molina e iba a entrar en la avenida de Campanar, causando la muerte de la chica.

Concurrencia de culpas

Se da la circunstancia de que el informe policial fue entregado al juzgado en julio de ese año, 2017, dos meses después del siniestro, y que el conductor ahora enjuiciado reconoció su culpa desde el principio, por lo que el letrado del acusado entiende que se han producido dilaciones indebidas muy cualificadas que deben atenuar la condena, ya que nada, salvo los cuatro meses de interrupción por la pandemia, explica la tardanza de casi cinco años en llegar a juicio.

Además, la Policía Local refleja en su informe que, en este caso, se produjo una culpa compartida, aunque en distinto grado, entre ambos conductores, ya que el novio de la fallecida pasó por el semáforo cuando estaba en ámbar. Debido a ese hecho, por ejemplo, la indemnización que le corresponde al hombre, que resultó herido, ha sido reducida en un 25 %, y las que le fueron abonadas a los padres y a la hermana de la joven fallecida fueron pagadas en ese mismo porcentaje, un 25 %, por la compañía de seguros del vehículo que conducía el novio.