Una bebé de 15 meses ha fallecido en Villena (Alicante) por atragantamiento con frutos secos. Los padres la condujeron rápidamente al Centro Sanitario Integrado (CSI) de la localidad pero la niña llegó prácticamente sin constantes vitales y el personal médico ya no pudo hacer nada por salvarle la vida.

Los padres se encontraban con la bebé en la casa de los abuelos porque tenían una comida familiar. Mientras estaban tomando el aperitivo, la bebé aprovechó un descuido para coger un fruto seco y echárselo a la boca. Comenzó entonces a toser y al dar los primeros síntomas de asfixia los padres decidieron llevarla rápidamente en su propio vehículo al CSI de Villena. Pensaron que sería una opción más rápida que esperar a la llegada de una ambulancia.

La pequeña ingresó en Urgencias del CSI de Villena sobre las tres y media de la tarde del domingo y los médicos trataron de reanimarla sin éxito durante hora y media.

Al ser informados del falta desenlace los familiares sufrieron un impacto emocional que desencadenó en una crisis nerviosa por la que algunos de ellos tuvieron que recibir asistencia médica en el mismo centro sanitario.

El cuerpo sin vida de la bebé ha sido trasladado al Instituto de Medicina Legal de Alicante para realizarle la autopsia.

El atragantamiento es uno de los mayores peligros para los niños de corta edad y, de hecho, produce numerosas muertes cada año. La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica advierte de que la presencia de cuerpos extraños en las vías respiratorias de los pequeños puede acarrear graves consecuencias y desencadenar en el óbito. Hay que tener especial precaución con los menores de entre uno y cuatro años, y aunque, con menor incidencia, con los de 9 a 12 años.

Por desgracia todos los años se producen fallecimientos de este tipo.

Hace tan solo dos meses, en julio de 2022, un niño de dos años fallecía en el Hospital Clínico de Valladolid también por atragantarse con frutos secos. Concretamente con varios anacardos. Estuvo ingresado dos días en la UCI pediátrica del centro hospitalario pero la parada cardiorrespiratoria que sufrió fue muy prolongada y finalmente no pudo superarlo.

En enero de 2018 un bebé de seis meses falleció ahogado en la localidad granadina de Baza tras atragantarse con una canica. Fue su padre quien lo llevó al hospital y los facultativos solo pudieron certificar la muerte por obstrucción de vía aérea.

En enero de 2019 un niño de tres años perdió la vida en Gijón al atragantarse mientras comía uva. Llegó al hospital sin respiración ni pulso y los intentos de reanimación fueron fallidos.

En octubre de 2019 una adolescente de 15 años perdió la vida en el Instituto Az-Zait de Jaén al atragantarse durante el recreo mientras comía un bocadillo de jamón.

En noviembre de 2019 un bebé de un año falleció la población burgalesa de Villarmero, tras atragantarse con un hielo de plástico. Al niño le realizaron el boca a boca y un masaje cardiaco mientras esperaban la llegada de los servicios sanitarios. Los profesionales de la UVI móvil lograron extraer la pieza que le impedía respirar siendo trasladado inmediatamente al Hospital Universitario de Burgos donde murió.

En febrero de 2020 un niño de cinco años falleció en Juan Grande, en la isla de Gran Canaria, al atragantarse con un bocadillo mientras merendaba.

En octubre de 2020 una pequeña de cuatro años fallecía al atragantarse con un nugget de pollo cuando estaba cenando con su hermano. Comenzó a tener dificultades para respirar y fue trasladada al hospital pero falleció a los pocos minutos. La madre intentó hacerle la maniobra de Heimlich pero al comprobar que la niña se seguía asfixiando pidió ayuda.

Maniobra de Heimlich

La maniobra de Heimlich, llamada compresiones abdominales, es un procedimiento de primeros auxilios para desobstruir el conducto respiratorio, normalmente bloqueado por un trozo de alimento o cualquier otro objeto. Es una técnica muy efectiva para los caso de asfixia por atragantamiento pero no en todos los casos se consigue salvar la vida de la víctima.

El primer paso es colocarse detrás de la persona que está sufriendo el atragantamiento para presionarle el abdomen y forzar la salida del objeto. La mano derecha se debe poner en forma de puño en el espacio que hay entre el ombligo y el esternón, y con la izquierda encima, se presionará al menos cinco veces en el abdomen. La maniobra debe repetirse hasta que la persona expulse el alimento u objeto y empiece a respirar.

En caso de que el atragantado sea un bebé, se deberá poner boca abajo de espaldas a la persona. Con la mano izquierda se sujetarán la cabeza y los hombros mientras que con la derecha se le dan cinco palmadas rápidas en los omóplatos. Si el bebé no reacciona, se deberá poner boca arriba y se aplicarán cinco presiones rápidas en el abdomen, a dos centímetros del final del esternón. Los ejercicios deberán realizarse hasta que el bebé respire. Si no son efectivos, es clave llamar cuanto antes a los servicios de Emergencia.