Yuk Hui, el filósofo de la tecnología: «Si la IA acaba con nuestros trabajos podría ser una gran noticia»

El filósofo de la tecnología Yuk Hui ha participado esta semana en un encuentro en el IVAM sobre arte digital

«Necesitamos adquirir una nueva comprensión de la tecnología», asegura

El filósofo Yuk Hui.

El filósofo Yuk Hui. / Levante-EMV

Begoña Jorques

Begoña Jorques

Yuk Hui (Hong Kong) es uno de los filósofos de la tecnología contemporáneos más reconocidos de la actualidad. Catedrático de Filosofía en la Erasmus University Rotterdam, es autor también de varias monografías que reflexionan sobre el arte y la tecnología. Hui visitó esta semana el IVAM para reflexionar sobre cuál es la relación entre el arte digital y su medio. Antes atiende a Levante-EMV para hablar sobre, entre otras cosas, la Inteligencia Artificial, uno de sus campos de estudio. Para Hui, «la tecnología es fundamental para la Filosofía, lo que podemos demostrar en la historia de la filosofía occidental, desde Platón hasta la filosofía contemporánea. Y me parece que cada vez es más así, porque hoy en día la tecnología, que antes se entendía simplemente como algo utilitario, nos plantea grandes retos en todos los aspectos de nuestra vida». Antes de dedicarse a la Filosofía, Hui estudió Ingeniería Informática lo que le da una perspectiva más completa. «Me parece cada vez más urgente comunicar las dos disciplinas, e incluso concebir una nueva disciplina que nos permita superar nuestros impasses actuales».

El sueño de Marx

Experto en Inteligencia Artificial, Hui defiende que «si la IA acaba con nuestros trabajos podría ser una gran noticia, ya que para entonces podremos hacer realidad el sueño de Marx, es decir, emanciparnos del trabajo. Esto fue lo que Marx insinuó cuando habló de ‘tiempo libre’. Sin embargo, por lo que hemos visto hasta ahora, esto no es realmente lo que la automatización nos ha ofrecido en el capitalismo contemporáneo. Considerando que las fábricas han sido automatizadas, por ejemplo en China y otros lugares, ¿hemos oído hablar de desempleo masivo o de emancipación de los trabajadores del trabajo? No, escuchamos que los trabajadores que permanecen en la fábrica tienen horas de trabajo más largas, y los que dejaron la fábrica, especialmente los jóvenes, se convirtieron en conductores de Uber y repartidores de alimentos. ¿Tienen mejores condiciones laborales en la industria de entrega de alimentos y de transporte de vehículos, o se vuelven más precarios y explotados? Creo que es más complicado de lo que se dice; y necesitamos desarrollar una nueva crítica de la economía política como lo hizo alguna vez Marx».

Sobre en qué momento está el arte digital, el filósofo recordó que está escribiendo un libro que se llama Art and Cosmotechnics, que publicará Caja Negra el año que viene. «El libro aborda la relación entre arte y tecnología, especialmente el papel del arte después de lo que Martin Heidegger llama el fin de la filosofía o metafísica, marcado por la cibernética. Recientemente, con la aplicación de la IA generativa en la creación de arte, ha habido bastante preocupación sobre el papel del arte y los artistas», avanza.

Retos y riesgos de la IA

Respecto a los riesgos y retos de la IA en los procesos creativos, Hui defiende que «depende de cómo entendamos la IA y la nueva economía política. Hoy en día muchas portadas de libros se crean con herramientas de IA generativa y cada vez más artistas la emplean para crear obras. Creo que, en cambio, tenemos que preguntarnos: ¿bajo qué condiciones puede seguir floreciendo la creatividad humana? Si escuchamos la profecía industrial sobre la llegada de una superinteligencia o el surgimiento del homo deus, probablemente no iremos demasiado lejos para abordar estas cuestiones, porque estaremos cumpliendo constantemente sus profecías».

Al planteamiento de «quien domine la IA dominará el mundo», el filófio chino recuerda que «esto proviene del discurso de Putin del 1 de septiembre de 2017, cuando se dirigió a los niños rusos. Y, lamentablemente, hacia allí es hacia donde se dirigen la economía y la geopolítica. La competencia de la IA, en términos de eficiencia y velocidad, ha pasado a primer plano. La IA implica no solo algoritmos, sino también hardware, como microchips y máquinas que los producen».

¿Dónde está la verdad?

Hui reflexiona también sobre la «verdad» en tiempos de IA. «Si por verdad nos referimos a hechos, entonces la IA podría ser la respuesta, ya que definitivamente puede analizar datos masivos de una manera más eficiente que el sistema cognitivo humano. Cuando miramos ChatGPT, fácilmente podríamos sorprendernos de lo buena que pueden ser las respuestas que puede brindar, aunque contiene bastantes errores, ya que los datos que recibe no son necesariamente correctos. Pero, si por verdad entendemos algo distinto de un hecho entonces la IA puede servirnos como recordatorio de que en realidad estamos lejos de la verdad y que no debemos confundir el hecho con la verdad».

Hui relexiona, además, sobre los conflictos armados actuales y la relación de estos con la tecnología. «Hemos sido testigos en los últimos años del uso de armas tradicionales, pero también digitales, como drones, algoritmos para identificar y matar a sospechosos. Creo que entre guerra y tecnología hay una relación más profunda, como analizó Henri Bergson durante el estallido de la primera guerra mundial; el rápido desarrollo tecnológico produjo una ruptura significativa entre los órganos artificiales y el espíritu, o más precisamente la arrogancia, que cuando no se podía atender, se convirtió en fuente de guerra».

El futuro

Frente al presente, Hui mira también al porvenir. No en vano, uno de sus libros se titula Fragmentando el futuro. «Mis estudiantes de los últimos años, que tenían poco más de 20 años, no creían que tuvieran futuro: el apocalipsis de la IA o el colapso climático están frente a ellos. Este no fue el caso de las generaciones anteriores, que estaban más entusiasmadas con la caída del Muro de Berlín. Este sentimiento desesperado de la generación joven es alarmante. Esta impotencia se expresa arrojando zumo de tomate o puré de patata a los cuadros de Van Gogh y Monet. Pero no somos inocentes de su desesperación y tenemos que ser responsables de ella. Tenemos que abrir la cuestión del futuro y la forma de hacerlo es que necesitamos adquirir una nueva comprensión de la tecnología y nuestra relación con la tecnología», concluye.

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