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5G: La tecnología móvil que cambiará nuestras vidas

No llegará a Europa hasta 2020, pero lo revolucionará todo. conexiones cien veces más veloces que beneficiarán sobre todo a la industria y al internet de las cosas

5G: La tecnología móvil que cambiará nuestras vidas

Si la cuarta generación de telefonía móvil nos acostumbró a la velocidad punta, la que se avecina con el 5G traerá consigo una revolución integral que cambiará no solo el paisaje de las comunicaciones sino también el hábitat tecnológico y la maquinaria de producción. Cuesta darse cuenta de la magnitud de esta nueva ola cuando el 4G es aún inalcanzable para no pocos usuarios, pero los expertos dan por hecho que nuestro pequeño mundo se hará aún más grande en lo que a telecomunicaciones se refiere. Mayor cobertura, más dispositivos conectados, baterías que verán su duración prolongada, ajuste a la baja del gasto de energía en la red... Lo iremos viendo a medida que se desarrolle en otros países porque España es diferente y está muy lejos de la avanzadilla de los que van en cabeza, aunque quede el consuelo de tantos de que el resto de Europa tampoco va muy rápido. El Gobierno español aún no ha abierto la subasta de frecuencias y, de momento, solo habilitará la banda de 3,5 GHz para facilitar las pruebas a los operadores. La prioridad es extender la cobertura de 4G y de la banda fija, lujos de los que no puede beneficiarse un treinta por ciento de la población. De ahí la astronómica cantidad presupuestada para estudiar la liberación de la banda de 700 Mhz necesaria para el 5G: 570.000 euros.

El nuevo estándar de banda ancha inalámbrica presenta unas credenciales avasalladoras que quizá no entusiasmen al usuario común, que se conforma en muchos casos con su modesto 3G o su cumplidor 4G. Pero impresionan al más conectado. Las conexiones, por ejemplo, serán cien veces más veloces (de momento: ya se habla de cifras estratosféricas en el futuro) con una media de 20Gps. Las transferencias se podrán realizar casi en un abrir y cerrar de ojos. Jauja para las descargas de archivos. Sin embargo, lo que más llama la atención no es esa rapidez, que hace palidecer de envidia incluso a la fibra óptica, sino la reducción en el tiempo de respuesta de los aparatos. Los diez milisegundos del 4G a la hora de ejecutar un mandato pasan a ser uno. Al común de las mortales le pueda dar igual esa diferencia pero no así a lo que se conoce como Internet de las Cosas. Y es que ya no estamos hablando de conectar móviles, tabletas u ordenadores sino de poner en la misma onda vertiginosa a vehículos autónomos (un sector especialmente beneficiado por su necesidad de procesar una cantidad inmensa de datos al instante), electrodomésticos, luces, collares de perro, cerraduras, calefacción o artículos de todo tipo que nos llevamos puestos con conexión a Internet: de los siete mil millones actuales se podría pasar a los cien mil. El 5G será un aliado perfecto para la robotización industrial, las empresas de juegos y ocio inmersivo, el vídeo de ultra-alta definición y 3D o la medicina remota.

Ensayos en los Juegos de Invierno

Las previsiones marcan el año 2018 como línea de salida para el 5G después de que se someta a pruebas en los Juegos de Invierno de Pyeonhchang. Primero, Corea del Sur. Luego, EE UU y Japón. Los de siempre, vaya. Las primeras antenas para la nueva generación celular podrán verse en 2020 así que aún falta bastante para que lleguemos a disfrutar del punto 5G. Todo empezó en el mundo de la tecnología inalámbrica con el añejo 1G, sustituido por el 2G cuando se hizo posible el envío, entonces mágico, de SMS entre dos dispositivos. El 3G permitió hacer llamadas, enviar mensajes de texto y navegar por internet. El 4G dotó de mayor velocidad a todas esas acciones. Se incorporó el LTE (Long Term Evolution, o evolución a largo plazo) que dio robustez y velocidad a la cuarta generación. Hoy, el 4G LTE alcanza una velocidad de un gigabit por segundo. El 5G la llevará a los 10: una película en HD se descargará en segundos. Visto y ya vista. El futuro es suyo: habrá miles de millones de dispositivos conectados a la red gracias al nuevo protocolo. Se llama 5G.

Dudas de quinta generación

Ese mundo de aplicaciones tecnológicas que hace solo una década imaginábamos futurista, se está haciendo realidad ahora. Conectados en todo momento a través del teléfono móvil la 'inteligencia artificial' de Google nos dice adónde ir, cómo ir y qué tiendas ofrecen los mejores servicios... Una infinidad de programas nos facilitan tareas diarias como hacer la compra. Y ya se están diseñando las ciudades del futuro, en las que las farolas se iluminen cuando los sensores detecten presencia humana. Los hogares también son (y serán más) inteligentes. Disponemos de televisores inteligentes, neveras inteligentes o aspiradoras inteligentes.

Para dar cobertura a los teléfonos móviles se crearon las redes de telecomunicaciones . Primero la red 2G y luego la 3G y 4G que aún sigue en expansión. Ante la creciente demanda de puntos de conexión está en fase de desarrollo la red 5G, que dará servicio a una enorme cantidad de aparatos inteligentes y diferentes sistemas del futuro como los vehículos autónomos. Esta infraestructura ya ha recibido el visto bueno de los legisladores en diferentes países y ha sido publicitada como una oportunidad para el desarrollo económico y el bienestar de las personas.

Sin embargo, algunos sectores científicos y del medioambiente alertan de que representará un incremento de la contaminación electromagnética que tendrá un impacto en la salud y en los ecosistemas. Entre ellos, Ecologistas en Acción ha criticado el 5G antes de la puesta en marcha de experiencias piloto en las ciudades españolas de Segovia y Talavera de la Reina. Aseguran que estas redes obvian las pólizas de responsabilidad civil y las consultas de asociaciones sobre las evaluaciones de impacto ambiental y en la salud.

Alteraciones en la fertilidad masculina y las células

Una de las mayores alarmas se registró, precisamente, en el seno de unas Jornadas Científicas celebradas recientemente en Segovia. Allí,el director del Instituto de Salud y Medio Ambiente y colaborador de la Organización Mundial de la Salud (OMS), David Carpenter, aseguró que el 5G provocará alteraciones en la fertilidad masculina, la función cognitiva y el funcionamiento celular,

Del mismo modo, indicó que por el incremento en el grado de exposición, «podría suponer un aumento en el número de afectados por cáncer o de casos de trastorno de déficit de atención por hiperactividad». También el catedrático de Ciencias Políticas y Sociales Vicenç Navarro es uno de los detractores de esta tecnología, autor de artículos sobre cómo -supuestamente- los poderes económicos y financieros en la sociedad están influyendo en las instituciones políticas y científicas a fin de optimizar sus intereses, incluso a costa, en muchas ocasiones, de los de la población -en la misma estela que los norteamericanos Mark Hertsgaard y Mark Dowie-.

Por su parte, el presidente de la Sociedad Española de Síndrome de Sensibilidad Central, Ceferino Maestu, ha asegurado que la implantación del 5G supondrá la introducción de cientos de antenas más a las que se expondrá la población.

La directora de la Escuela Superior de Ingenieros de Telecomunicaciones de Vigo, Edita de Lorenzo, indica una reflexión a este respecto: «No creo que haya suficientes estudios ahora mismo para afirmar que es dañino», defiende tajante, al tiempo que pide que se continúe haciendo investigación. «El 5G es otro avance, pero no es algo que se haya inventado desde la nada: pasamos de 3G a 4G, ya cambiaron las antenas, los móviles? pero hay un reglamento que deben de cumplir a rajatabla», añade.

Para De Lorenzo, la «salvaguarda» de los consumidores son esas estrictas normativas comunitarias que deben cumplir las empresas sobre potencias, distancias de emisión y modelos compatibles. «Los ingenieros estudiarán para que cumplan las leyes, así que no veo ninguna razón extra para que el 5G sea mejor o peor para la salud de lo que ya tenemos», añade.

Intimidad

Pero no todo son bondades. El abogado experto en TIC's, Víctor Salgado asegura que lo que implica el 5G «sí puede suponer un riesgo para la intimidad y la protección de datos, porque tenemos muchos más aparatos conectados y podría haber una mayor 'fuga'».

Repara Salgado en que habrá más dispositivos emitiendo en tiempo real y grabando conversaciones privadas. «Debemos de tener conciencia y protegernos. ¿Qué tipo de dispositivos estamos comprando y qué tipo de aplicaciones y cómo las figuramos?", se pregunta. El abogado aprecia más riesgo: «Podemos ser mucho más transparentes de lo que ya somos para el negocio del BigData, en cuanto a localización física, conversaciones privadas? debemos mantenernos muy

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