La tormentosa relación entre las plataformas de pago y las cadenas generalistas está llegando a una fase de matrimonio por conveniencia. Tirando de refranero, si no puedes con tu enemigo, únete a él. Como dijo hace unos días el consejero delegado de Mediaset España, no tiene sentido plantar cara a HBO, Netflix o Amazon.

Con esta última en concreto han firmado el contrato por el que seis producciones del grupo especializado en realities se estrenarán antes en la pantalla del gigante de la distribución tras la buena experiencia con la serie «El Pueblo», disponible online desde mayo del año pasado y que se mantiene con éxito en el prime time de los miércoles en Telecinco. Obviamente gusta a los espectadores de cierta edad y condición marca de la casa no enganchados al streaming, ese gran público de televisión convencional que va a buscar desesperadamente Alfred Costa para À Punt.

El éxito de la comedia de los creadores de «La que se avecina» añade quebraderos de cabeza a su competencia, que ve como «Perdida» -en la que lo único malo es el título, más que visto, el de una novela superventas y su adaptación cinematográfica- está ahogándose en la franja estelar de la noche de los martes al haberse encontrado con el inesperado fenómeno de «La isla de las Tentaciones», que ha vuelto a batir récord - un increíble 30 por ciento de share- arrastrando al thriller a un triste 7,2 esta semana.

«El Pueblo» y «Perdida» son como el día y la noche. El humor costumbrista, amable y sencillo de Alberto Caballero y compañía frente a la tensión, la violencia y complejidad narrativa de la ficción de Atresmedia, concebida por temática, protagonistas y realización para ser vista en el extranjero, sobre todo en Latinoamérica. Sus creadores sueñan ahora con que suceda los mismo que con «La casa de papel», o en menor medida con «Vis a Vis», que fueron de más a menos en Antena 3 y triunfaron o revivieron en el mercado internacional.

Observando su trayectoria en abierto pareciera que funcionan mejor las comedias cercanas que no exigen una excesiva concentración y sin ese suspense activador del ansia por ver el siguiente capítulo. Sin embargo, a «Vivir sin permiso» no le va mal los lunes en Telecinco con las dos temporadas completas en Netflix. La clave parece estar, como casi siempre en la tele, en el hábil movimiento de fichas que mueve a Vasile a presumir: «Nuestras series están haciendo de media un 16%, la suma de lo que hacen las ficciones de otros». Ahí lo deja.