Complejidad y sociedad

La historia nos enseña que solo la cohesión social puede ayudarnos a superar la crisis planetaria

Estamos viviendo múltiples crisis simultáneas que tienen antecedentes históricos y nos señalan el camino a seguir

La cohesión social es fundamental para superar la crisis actual.

La cohesión social es fundamental para superar la crisis actual. / Generador de imágenes de la IA de BING para T21/Prensa Ibérica, desarrollada con tecnología de DALL·E.

Eduardo Martínez de la Fe

Eduardo Martínez de la Fe

Vivimos una policrisis global en la que varios tipos de amenazas se cruzan, entrelazan y ponen a prueba nuestra resiliencia colectiva, desde el cambio climático y la desigualdad económica, hasta la polarización política. Estas múltiples crisis se han producido una y otra vez a lo largo de la historia y nos enseñan que la cohesión social es la única salida que tenemos para superar los enormes desafíos actuales.

La clave más importante para sobrevivir como sociedad en una crisis múltiple es mantener y promover la cohesión social tanto como sea posible, según un estudio realizado por el Complexity Science Hub (CSH) de Viena, cuyos resultados se publican en la revista Philosophical Transactions of The Royal Society B.

El estudio se centró en los procesos en los que los cambios climáticos, por ejemplo, en forma de sequías prolongadas, el aumento de terremotos o de la actividad volcánica, o la "Pequeña Edad del Hielo" que duró del siglo XV al XIX, desempeñaron un papel importante a lo largo de la historia social.  

Para su estudio, los investigadores extrajeron su propia "base de datos de crisis" (CrisisDB) de los datos de historia global Seshat, que reúne información sobre 150 acontecimientos históricos en diferentes regiones del mundo.

El estudio revela los patrones que han regido estos procesos históricos convulsos e identifica los factores clave que fortalecen o socavan la resiliencia a las crisis climáticas contemporáneas.

Policrisis

Actualmente, nos enfrentamos a una convergencia de crisis global, destacan estos investigadores, a la que llaman “policrisis”: varios tipos de amenazas se cruzan, entrelazan y ponen a prueba nuestra resiliencia colectiva, desde el cambio climático y la desigualdad económica hasta la polarización política.

Si bien la escala y el alcance global de estos desafíos presentan nuevos obstáculos, estas amenazas se han enfrentado y, en ocasiones, se han superado en el pasado, aseguran los autores de este estudio en un comunicado.

Hoy en día las sociedades apenas tienen tiempo para recuperarse de una crisis a otra, pero poseemos una ventaja significativa, enfatizan: el conocimiento que podemos obtener de nuestra historia nos puede ayudar a superar la policrisis actual.

Repaso histórico

El artículo explica cómo las sociedades humanas han respondido a las crisis ambientales a lo largo de la historia, y cómo los factores socio-culturales han influido en su resiliencia o vulnerabilidad.

La cohesión social es uno de esos factores, ya que determina el grado de integración, solidaridad y cooperación que existe entre los miembros de una sociedad.

El artículo menciona algunos ejemplos de cómo, a lo largo de la historia, la cohesión social ha ayudado o perjudicado a las sociedades frente a las crisis ambientales.

Roma y Japón

Por ejemplo, el Imperio Romano sufrió una pérdida de cohesión social debido a la corrupción, la desigualdad, la violencia y la fragmentación política, lo que debilitó su capacidad de adaptarse a los cambios climáticos y a las invasiones bárbaras.

Por el contrario, el Japón medieval logró mantener una alta cohesión social gracias a la reforma agraria, la redistribución de la tierra, el fortalecimiento del poder central y la promoción de la cultura y la educación, lo que le permitió superar las sequías y las hambrunas.

Imagen simbólica de cohesión social.

Imagen simbólica de cohesión social. / un-perfekt en Pixabay.

China y el imperio otomano

Otro ejemplo es el de la dinastía Qing en China, que demostró ser resistente a condiciones ecológicas adversas (inundaciones recurrentes, sequías, enjambres de langostas) durante la primera parte de su reinado,

Sin embargo, en el siglo XIX, las presiones sociales se dispararon y culminaron con la Rebelión Taiping, a menudo vista como la guerra civil más sangrienta de la historia de la humanidad, y que finalmente provocó el colapsó de la dinastía Qing en 1912 después de 250 años de gobierno porque no logró reducir las crecientes desigualdades y la presión social, según los investigadores.

El estudio también muestra cómo se gestionaron de manera diferente estas policrisis tomando el ejemplo del “Imperio Otomano”, que enfrentó condiciones ambientales desalentadoras durante el siglo XVI, incluidas sequías recurrentes y la Pequeña Edad del Hielo, lo que provocó malestar social y numerosas rebeliones encabezadas por funcionarios locales descontentos y familias adineradas.

El hecho de que el enorme imperio no se hundiera entonces en el caos total, los investigadores lo atribuyen principalmente al hecho de que se pudo mantener la cohesión social a pesar de la difícil situación y los disturbios.

Mesoamérica

Otro ejemplo de la importancia de la cohesión social para superar crisis se refiere al asentamiento zapoteca de Monte Albán, en la cima de una colina, en el sur de México, que surgió como el asentamiento más importante de la región.

Una sequía extrema y persistente azotó la región en el siglo IX, y el otrora gran sitio de Monte Albán quedó completamente abandonado junto con muchas otras ciudades de Mesoamérica.

Esto no condujo al colapso de esta civilización, pero sí a que grandes sectores de la población emigraran a asentamientos más pequeños en la zona probablemente sin una mortalidad masiva, sino más bien a través de una reorientación ideológica y socioeconómica que también preservó muchos aspectos de su sociedad.

Aumentar la cohesión social hoy

Los autores de esta investigación sugieren algunas implicaciones de estas experiencias históricas para el presente y el futuro, en un contexto de cambio climático acelerado y globalizado como el que estamos viviendo.

Plantean que las sociedades actuales deben aumentar su cohesión social para afrontar los desafíos y las oportunidades que se presentan.

Un hallazgo clave es que las fuerzas estructurales que evolucionan lentamente, como la creciente desigualdad social de nuestra época, pueden erosionar la resiliencia social.

Gobernabilidad global

Para corregir esta tendencia, proponen una gobernabilidad global efectiva que coordine las acciones climáticas entre los diferentes países y regiones, y recomiendan asimismo que se impulse la cooperación intercultural, que se respete la diversidad humana y que se promueva el diálogo entre las diferentes comunidades y grupos sociales.

Por último, el artículo aboga por que se estimule la innovación social para que se generen nuevas soluciones que mejoren el bienestar humano y ambiental.

Los autores plantean que hacer frente a amenazas a gran escala exige una considerable cohesión social y que, como vivimos en una era marcada por crecientes shocks ecológicos, perturbaciones económicas, desigualdad y grandes conflictos, nuestra atención debería centrarse en reducir estas presiones estructurales para construir la cohesión social y la resiliencia que, según la historia, es lo que podría ayudarnos a superar la policrisis actual.

Referencia

Navigating polycrisis: long-run socio-cultural factors shape response to changing climate. Daniel Hoyer et al. Philosophical Transactions of The Royal Society B, 18 September 2023.  DOI:https://doi.org/10.1098/rstb.2022.0402

Perspectiva compleja de la historia

El Complexity Science Hub de Viena, que protagoniza esta investigación, es una iniciativa conjunta del Instituto Austriaco de Tecnología AIT, la Universidad Centroeuropea CEU, la Universidad del Danubio en Krems, la Universidad Tecnológica de Graz, la Universidad Médica de Viena, la Universidad Técnica de Viena, la VetMedUni de Viena, la Universidad de Economía y Negocios de Viena y las Cámaras Económicas de Austria.

La misión del CSH es albergar, educar e inspirar a científicos de sistemas complejos para impulsar la ciencia y la sociedad a partir del Big Data. Los científicos de este equipo desarrollan métodos para la comprensión científica, cuantitativa y predictiva de sistemas complejos.