La bodega más sostenible de España está en Alicante

Acaba de recibir el premio a la bodega más sostenible de España en Madrid Fusión. Pepe Mendoza es la cara visible de un pequeño proyecto, Casa Agrícola, donde trabaja 27 hectáreas de viñedo. Pequeñas parcelas y mínima intervención para crear vinos enormes. 

El enólogo alicantino Pepe Mendoza.

El enólogo alicantino Pepe Mendoza. / Urban

Vicente Morcillo

Vicente Morcillo

Durante 25 años desarrolló el proyecto vitivinícola iniciado por su padre en Alicante, Bodegas Enrique Mendoza. En todo ese tiempo, Pepe Mendoza fue dibujando el perfil de unos vinos que han conquistado al mismo tiempo a consumidores y prescriptores, pero a su vez, descubriendo pequeñas parcelas, aprendiendo a escuchar al viñedo y alineándose en un concepto vinícola sin apenas intervención.

Formado en la escuela de Requena, Pepe recorrió medio mundo para empaparse de las diferentes culturas del vino antes de asumir las riendas de la bodega familiar. Desde hace siete años lidera su proyecto más personal, Casa Agrícola, cuyo epicentro se ubica en la Finca de Abargues en el término alicantino de Llíber, en la comarca de la Marina Alta. En esa zona cuenta con cerca de 27 hectáreas de viñedo de variedades autóctonas de la zona, sobre todo la Giró, viejas parcelas en secano que Pepe ha respetado para tratar de extraer la personalidad de cada una. Sus vinos nacen de un proceso natural con la mínima intervención y son reflejo de un terroir único que habla del Mediterráneo.

Hace unos días ha recibido en Madrid (en el contexto del congreso gastronómico Madrid Fusión) el premio a la bodega más sostenible de España, un reconocimiento que, según Pepe Mendoza «reafirma un proyecto pequeño que sentimos de corazón. Vengo de proyectos grandes en los que hemos trabajado con espaldera, goteo, etc., pero sentía que tenía que hacer un cambio hacia una viticultura más sostenible, con variedades autóctonas, y creo profundamente que se pueden elaborar vinos en el Mediterráneo a partir de cultivos en secano. El futuro no pasa por saber como gestionamos el agua, el futuro pasa por saber como cultivamos ya sabiendo que no la vamos a tener. En esto somos especialistas en el arco mediterráneo, porque lo hemos hecho toda la vida. Por supuesto que en el trayecto con Casa Agrícola hemos tenido dudas, pero este premio nos recuerda que estamos en el buen camino».

Casa Agrícola es un modelo de sostenibilidad. Pepe fue pionero en colocar sensores en el suelo para medir el agua y racionalizar el riego, pero «no es suficiente. Creo que viendo la evolución climática se trata de cultivar sin agua, y eso es Casa Agrícola. Ponemos el foco en las variedades autóctonas, que en realidad son las que mejor se adaptan, las más finas; mantenemos marcos de plantación más extensivos y dejamos que cada cepa se exprese. Así podemos hacer vinos del Mediterráneo singulares y reconocibles».

Etiquetas como Fierroca, Giró de Abargues o El Veneno han recibido altísimas puntuaciones de prescriptores de la talla de Robert Parker, Tim Atkins o Peñín, algo que también es importante para Pepe, sobre todo porque «hay un consenso respecto al estilo fresco mediterráneo. Había una tendencia para hace vinos muy alcohólicos, muy concentrados y con mucha madera, pero esta visión de vinos más frescos y delicados empiezan a tener su espacio en el mercado».

Casa Agrícola de Pepe Mendoza en Llíber.

Casa Agrícola de Pepe Mendoza en Llíber. / Urban

Su uva ‘fetiche’ es la Giró, una variedad autóctona de Alicante que en otras épocas se confundía con la Garnacha, si bien «no es la misma uva, es diferente, aunque está por ver todavía si es una variedad diferente o un clon de la Garnacha que se ha adaptado a esta zona. Estamos con el Politécnico estudiándolo y creo que en los próximos dos o tres años lo sabremos exactamente», asegura el enólogo.

Casa Agrícola es, sin duda, el proyecto más íntimo de Pepe Mendoza, un sueño que ha construido codo con codo con su pareja, Pepa Agulló. «En Casa Agrícola participamos toda la familia, no solo Pepa. Mis hijas nos ayudan también. En lo personal Casa Agrícola es una aventura que nos une y nos ayuda a crecer, y eso es muy bonito». Esta manera de entender el vino ha calado en el entorno. La hostelería valenciana (sobre todo en Alicante) apoya casi incondicionalmente a Pepe Mendoza, y sus vinos lucen en las cartas de los mejores restaurantes. En este sentido Pepe reconoce que «eso de que la Comunitat Valenciana no apoya lo de aquí yo no lo percibo. Cuando hacemos cosas interesantes nos apoyan. En realidad parezco un poco el ‘niño mimado’ de la restauración. Cualquier proyecto que saco he sentido su cariño y me han ayudado a seguir creciendo».

Al margen de Casa Agrícola, Pepe Mendoza dirige, junto a la enóloga Maloles Blázquez, la asesoría enológica Uva Destino, desde donde prestan servicio a proyectos en Córdoba, Málaga, Bullas, Yecla, Terra Alta y Castellón. Ese trabajo le permite a Pepe conocer como se hacen las cosas en otras zonas, «un aprendizaje constante con variedades distintas en zonas que tienen en común la influencia del Mediterráneo», afirma. Mendoza reconoce que «me ha fascinado el Pampolat y el Morenillo, variedades que estamos recuperando en Castellón. Las primeras pruebas que estamos haciendo en Viver son muy bonitas».

Volviendo a la sostenibilidad el enólogo alicantino sentencia: «en el vino valenciano hay mucha solución para el futuro de los vinos a nivel mundial. Las formas antiguas de cultivar y elaborar en la Comunitat Valenciana van a ser la clave para el futuro en el sector. A nivel mundial muchas zonas apuestan por variedades internacionales que necesitan agua, cuando el futuro está en vinos más frescos de uvas autóctonas que han sabido adaptarse a su entorno».