El deporte está en los genes de su familia...
Tengo la herencia de mi padre, que fue futbolista del Valencia. Militó en el equipo que hizo recuperar la primera división al Valencia, tras el descenso. Tuvo la opción de acceder al primer equipo.
¿Qué consejos le daba su padre sobre el mundo del deporte?
Él siempre me ha comentado que con independencia de que tengas mucho talento o no, siempre vas a tener una oportunidad en el mundo profesional. Por eso estoy intentándolo. Aunque no haya sido el mejor de España a nivel amateur, siempre tendré mi opción en este mundillo de llegar a lo más alto. Estoy convencido.
¿Qué recuerdos alberga de haber crecido con un padre que era delantero del Valencia?
Recuerdo una vida muy seria, muy ordenada, centrada únicamente en el trabajo y en descansar. Es una vida muy sacrificada porque no puedes hacer cosas que la mayoría de gente de tu edad sí hace. Salir a cenar los viernes, irse de marcha alguna vez, planificar algún viaje... Yo estoy atado y ligado a un deporte, te levantas para trabajar y el poco tiempo libre que tienes es para descansar, estar con tu pareja y familia, después de todo el tute. Es una vida sacrificada, pero si luchas y consigues tu objetivo, luego es una vida que está llena de privilegios.
Marcar goles y jugar a golf son oficios parecidos. Prima el acierto, la eficacia, la precisión...
Realmente son deportes muy diferentes. Yo fui delantero hasta los 13 años y me pareció un deporte bastante más sencillo, porque no depende todo de ti, puedes esconderte un poco durante el partido y luego si tienes una ocasión y la marcas eres el héroe. En el golf no te puedes esconder. Eres tú desde el inicio hasta el hoyo 18. Es un deporte a veces muy ingrato.
¿Es como lanzar penaltis?
Me hace gracia cuando los futbolistas dicen que se ponen nerviosos con la responsabilidad de un penalti. En el golf cada golpe es un penalti, y si no lo aciertas te meten golpes de más. Es el deporte más complicado, sobre todo a nivel mental.
¿Cómo se abre paso uno en el golf?
Yo empecé un verano cuando fui con mi abuelo al campo de La Sella, me propuso que lo acompañase y probé un golpe. Le di a 150 metros. Un hoyo de tres golpes casi lo metí a la primera. Me enganchó y dejé de jugar al fútbol. Me daban muchas patadas, otros niños se desarrollaban antes, no me gustaba lo que envolvía al fútbol en esas edades. Marrullerías, insultos...
¿Cómo se lo tomó su padre, que no siguiera sus pasos?
Le dije que quería jugar al golf y me dijo que lo hiciera, sin ningún tipo de problema. Al ser un padre que había sido deportista profesional, no era como otros que te exigen que llegues a ser futbolista... Él no era de gritar o de increpar. «En lo que seas feliz adelante». Jugué a nivel amateur, fui campeón de España por Manises, fui cuarto de Europa, jugué campeonatos regionales y en diciembre de 2013 decidí pasarme a profesional. El año pasado jugué en la escuela del circuito francés, quedé segundo y jugué tres campeonatos del Challenge Tour, que es la segunda división del circuito europeo. En diciembre de 2014 jugué la Alps Tour. Éramos 400 y quedé el 12. Los treinta primeros tenían acceso a jugar todos los torneos del Alps Tour.
