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Análisis

El peor año de la historia de Mestalla

El Valencia solo ha ganado 4 partidos de Liga de los 18 disputados en 2016 en su estadio y ha sumado 30 puntos menos como local respecto a 2015

Enzo Pérez y Santos se lamentan tras un gol del Atlético. eduardo ripoll

Mestalla ha perdido su embrujo. Durante gran parte de sus 94 años de vida, el estadio del Valencia se ha ganado una merecida fama de fortín inabordable para los rivales. Su arquitectura vertical, el carácter pasional de una hinchada muy próxima al terreno de juego y que habitualmente llenaba el aforo, todo ello unido a la tradición competitiva del Valencia, han elevado a este escenario como uno de los más temidos de Europa. En marzo de este mismo año, el diario The Telegraph colocaba al recinto blanquinegro como el segundo mejor del continente. Por delante del Bernabéu, Camp Nou, Old Trafford o San Siro y solo superado por la «caldera» del Borussia Dortmund. El periódico inglés destacaba en su análisis la «mágica atmósfera» que se experimenta en cada cita en Mestalla. El año 2016 no ha respondido, sin embargo, a esa leyenda. Ha sido el peor de toda su historia como local.

Durante los últimos 12 meses, cerrados con el empate en casa contra el Málaga, el Valencia solo ha ganado en Liga 4 de los 18 encuentros disputados ante su gente, donde todo debería ser más fácil, donde siempre debería sentirse favorito. Se han empatado otros 4 encuentros y se han perdido 10. De 54 puntos posibles, solo se han conquistado 16. No llega ni al 30%. En solo un año, se ha pasado de los 46 puntos conquistados con Nuno en 2015 a los 16 que se reparten Gary Neville, Pako Ayestarán, Voro González y Cesare Prandelli, que aún no ha logrado firmar ningún triunfo.

Las victorias han sido contadas y, solo en una de las ocasiones, fue lograda con holgura. El triunfo por 4-0 contra el Eibar el pasado 20 de abril fue el único en el que la afición pudo disfrutar del partido. Tal fue la liberación ese día que la grada se dejó llevar por la ola mexicana en el último duelo hasta la fecha en el que el Valencia dejó su portería a cero. En el resto de victorias, se sudó la gota gorda. Contra el Espanyol (2-1), Negredo y Cheryshev remontaron en los últimos 20 minutos el tanto inicial de Duarte. Contra el Sevilla, también 2-1, el Valencia certificó su permanencia en Primera con un gol en el 90 de Negredo. En esta temporada, la afición solo ha visto ganar a su equipo en una de sus comparecencias. También por 2-1, también en el último minuto, también sufriendo: Dani Parejo marcaba de penalti en tiempo de descuento el gol que tumbaba al Alavés.

Paciencia infinita de Mestalla

A la hinchada de Mestalla le acompaña el tópico de ser un público exigente hasta la crueldad. Sin embargo, los números de 2016 demuestran en todo caso que los seguidores han mantenido con su equipo una paciencia a prueba de disgustos casi infinita. Solo en una ocasión, el 20 de marzo tras perder 0-2 contra el Celta, el estadio coreó a Neville el cántico de «Gary vete ya». Ni Ayestarán ni hasta el momento Prandelli han recibido ningún grito reprobatorio a pesar de los resultados desfavorables. Por otro lado, ha tenido que soportar 32 goles en contra „casi dos por encuentro„ y que hasta 13 de 17 rivales hayan sacado tajada. Atlético de Madrid (en dos ocasiones), Rayo, Sporting, Athletic, Celta, Villarreal, Real Sociedad, Las Palmas, Betis, Barcelona, Granada y Málaga han participado del pillaje de puntos en Mestalla.

El elemento del que depende la recuperación del Valencia pasa, no puede entenderse de otra manera, por su mejoría como local, en volver a hacer valer la condición del factor cancha. El primer paso es el de desbloquear el pánico escénico que sufre la plantilla cada vez que debe comparecer en Mestalla, donde el miedo agarrota las piernas de los jugadores. Un elemento de esta ecuación corresponde a la grada, que a la fuerza debe redoblar su comprensión en un momento de extrema debilidad del equipo y crear un ambiente de nuevo festivo para rescatar al club. Pero nada tendrá sentido si el Valencia no invierte radicalmente su tendencia de resultados.

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